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Características de los Inhibidores de la Bomba de Protones de Liberación Retardada

  • TITULO : Características de los Inhibidores de la Bomba de Protones de Liberación Retardada
  • AUTOR : Horn J, Howden C
  • TITULO ORIGINAL : Review Article: Similarities and Differences Among Delayed-Release Proton-Pump Inhibitor Formulations
  • CITA : Alimentary Pharmacology & Therapeutics 22(Supl. 3): 20-24, Dic 2005
  • MICRO : Los inhibidores de la bomba de protones de liberación retardada suprimen de manera efectiva la secreción ácida gástrica y son útiles para tratar las enfermedades relacionadas con la acidez. Algunas formulaciones alternativas pueden ser útiles en los ancianos, los niños pequeños y los pacientes con trastornos deglutorios.

 

Introducción y objetivos

Los inhibidores de la bomba de protones (IBP) son fármacos muy eficaces para el tratamiento de diversos trastornos relacionados con el ácido gástrico. Sin embargo, dado que los IBP son lábiles en medio ácido, requieren ser protegidos de los efectos del ácido gástrico cuando son administrados oralmente. Se han desarrollado varias formulaciones de IBP gastrorresistentes, pero todas ellas retrasan la absorción del fármaco activo, lo que puede constituir una desventaja. La mayor parte de la absorción de los IBP tiene lugar en el intestino delgado proximal. Una vez absorbido, el fármaco circula por todo el organismo, pero es captado en forma preferencial por las células parietales en actividad, especialmente cuando segregan ácido. Los IBP son excretados por el extremo luminal de las células parietales, hacia el espacio canalicular. Después de sufrir la protonación y la conversión a un derivado sulfenamídico, la molécula activada del IBP se une en forma covalente a los grupos cisteína de la molécula de adenosín trifosfatasa (ATPasa) del hidrogenión y del potasio.

El objetivo de los autores de este artículo fue revisar las similitudes y las diferencias entre las distintas formulaciones de IBP de liberación retardada.

 

Formulaciones alternativas

Aunque los IBP son administrados habitualmente en forma de cápsulas (omeprazol, lansoprazol, esomeprazol) o en forma de comprimidos (pantoprazol, rabeprazol), se han desarrollado varias formulaciones alternativas para cubrir las necesidades especiales de ciertos pacientes. El lansoprazol está disponible como polvo para suspensión oral y como comprimido soluble; aun así, los gránulos requieren de una cobertura gastrorresistente para protegerlos de la degradación ácida gástrica, por lo que la farmacocinética del lansoprazol en comprimidos solubles es esencialmente idéntica a la de la cápsula estándar. La administración de estas formulaciones puede ser más adecuada para ciertos pacientes con dificultades en la deglución, para pacientes ancianos y para niños pequeños. Algunas de estas formas solubles son aptas para ser administradas a través de una sonda nasogástrica.

Se han realizado estudios para evaluar los efectos antiácidos del omeprazol y del lansoprazol cuando son administrados a través de un tubo de gastrostomía. En estos estudios, se hizo una monitorización continua de 24 horas del pH intragástrico, al comienzo del estudio y después de 7 días de administración de una dosis diaria de omeprazol en gránulos, de omeprazol en suspensión, de lansoprazol en gránulos o de lansoprazol en suspensión. Los gránulos fueron disueltos en jugo de naranja. Los estudios mostraron que todas las formulaciones mencionadas suprimían la acidez intragástrica. El grado de supresión de la acidez fue similar para todas las formulaciones, excepto para el omeprazol en suspensión, cuyo efecto sobre la secreción ácida fue algo menor que con la cápsula intacta de omeprazol. Se recomienda, por lo tanto, el uso del lansoprazol en suspensión para los pacientes en quienes el IBP deba ser administrado a través de una gastrostomía. El riesgo potencial de bloqueo de la gastrostomía por el fármaco existe, pero no fue observado en los estudios mencionados por los autores.

Varios estudios han comprobado que la biodisponibilidad relativa del omeprazol en suspensión es menor que la biodisponibilidad de la cápsula intacta. Después de 5 días de una dosis oral diaria de 20 mg de omeprazol, en forma de una cápsula intacta, el promedio de la concentración plasmática máxima (Cmáx) se incrementó de 222 a 430 ng/ml (p < 0.05), frente a un incremento de la Cmáx de 172 a 198 ng/ml (p = no significativa [NS]), luego de 5 días de tratamiento con una suspensión de omeprazol. El área bajo la curva (ABC) aumentó de 197 a 454 ng.h/ml (p < 0.05) con las cápsulas intactas de omeprazol, mientras que aumentó de 198 a 265 ng.h/ml (p = NS) con la suspensión de omeprazol.

Los autores distinguen claramente entre la suspensión simple de omeprazol y la suspensión de omeprazol de liberación inmediata, que contiene bicarbonato de sodio y que se presenta como un polvo para suspensión oral.

 

Farmacocinética y farmacodinamia de los IBP de liberación retardada

Las propiedades farmacocinéticas de las formulaciones disponibles de IBP de liberación retardada son ampliamente variables. El tiempo necesario para alcanzar la concentración plasmática máxima (tmáx) puede diferir en 3 horas para los fármacos individuales. La biodisponibilidad absoluta también es ampliamente variable; el omeprazol y el esomeprazol no alcanzan la máxima biodisponibilidad después de la administración de una sola dosis oral. Todos los IBP se unen a las proteínas plasmáticas y todos experimentan un proceso de metabolismo hepático. Todos los IBP actualmente disponibles tienen una vida media de eliminación corta. Más allá de estas diferencias en la biodisponibilidad durante los primeros días de administración, no existen otras diferencias farmacocinéticas importantes entre los distintos IBP.

Se han realizado numerosos estudios que compararon los efectos antisecretores de las diferentes formulaciones de IBP de liberación retardada. Los estudios habitualmente han informado los efectos sobre la supresión de la acidez gástrica como la media (o la mediana) del pH de 24 horas, o como el tiempo transcurrido por encima de un umbral preestablecido de pH en 24 horas. El pH gástrico fue determinado por la aspiración frecuente de pequeñas cantidades de jugo gástrico para la medición del pH, o por un electrodo gástrico continuo de pH. Se considera que la proporción de tiempo en que el pH intragástrico puede ser mantenido por encima de 3 se correlaciona con la habilidad de los fármacos antisecretores para curar las úlceras duodenales. Una similar capacidad para mantener el pH intragástrico por encima de 4 se correlaciona con la capacidad de curar las úlceras gástricas y las esofagitis erosivas.

Un estudio que utilizó dosis orales únicas de IBP de liberación retardada observó, en una medición durante 24 horas, que la capacidad de mantener el pH por encima de 4 fue de 8 horas para el rabeprazol, de 7.4 horas para el lansoprazol, de 4.9 horas para el pantoprazol, de 2.9 horas para el omeprazol y de 3 horas para el omeprazol en suspensión granulada. Otros estudios incorporaron al esomeprazol, que parece tener una efectividad mayor que el resto de los IBP de liberación retardada.

 

Discusión y conclusiones

Las diferencias entre las formulaciones de los IBP de liberación retardada existentes en el mercado son de pequeña magnitud y no se han asociado con una ventaja importante en el terreno clínico, para ninguna de las indicaciones de los IBP, incluidas la úlcera gástrica, la úlcera duodenal, la esofagitis y el reflujo gastroesofágico. Actualmente, el lansoprazol es el fármaco que tiene mayor variedad de formulaciones aceptadas por la Food and Drug Administration. El omeprazol es el IBP que presenta menor biodisponibilidad luego de la primera dosis, aunque su biodisponibilidad aumenta con las dosis siguientes, debido a un fenómeno de autoinhibición de su metabolismo. El lansoprazol presenta la más alta biodisponibilidad luego de la primera dosis y el esomeprazol tiene el mayor efecto antisecretor una vez alcanzado el equilibrio farmacodinámico. El omeprazol, el lansoprazol y el esomeprazol son más fáciles de administrar con líquidos que el rabeprazol o el pantoprazol, dado que los tres primeros se presentan como cápsulas de gránulos gastrorresistentes, mientras que los dos últimos son comprimidos gastrorresistentes.

La formulación de los IBP de liberación retardada puede ser importante para ciertos grupos de pacientes; por ejemplo, los pacientes ancianos pueden tener dificultades para tragar cápsulas o comprimidos enteros, por lo que una formulación soluble puede ser de elección. Para la administración a través de una gastrostomía o a través de una sonda nasogástrica, debe tenerse en cuenta que los preparados de gránulos intactos, en suspensión en un líquido, pueden obstruir la luz de la gastrostomía o de la sonda nasogástrica; en estos casos es preferible recurrir a formulaciones predisueltas o de liberación inmediata. El omeprazol de liberación inmediata no posee una cobertura gastrorresistente, sino que, en su lugar, está protegido de la degradación ácida del estómago por un excipiente, el bicarbonato de sodio.

El lansoprazol se encuentra disponible como un polvo para suspensión oral y como comprimidos dispersables. Estos últimos están compuestos de gránulos gastrorresistentes, que protegen al fármaco activo de la degradación ácida del estómago; las características farmacocinéticas del lansoprazol dispersable son esencialmente idénticas a las del comprimido estándar.

Los gránulos de los IBP de liberación retardada pueden ser extraídos de la cápsula que los contiene y pueden ser administrados con algunos líquidos o con alimentos blandos. Esta forma de administración puede ser mejor tolerada por algunos pacientes, como los ancianos, los niños pequeños y los pacientes con algún trastorno de la deglución, pero no se asocia con un comienzo más rápido de la acción antisecretora.

En conclusión, los IBP de liberación retardada suprimen de manera eficaz la secreción ácida gástrica y son útiles para tratar las enfermedades relacionadas con la acidez. Las diferencias de acción entre los distintos fármacos de este grupo son mínimas y no se traducen en beneficios clínicos significativos. La cobertura gastrorresistente de algunas formulaciones puede retardar el comienzo de la acción del fármaco. Algunas formulaciones alternativas pueden ser útiles en grupos especiales de pacientes, como los ancianos, los niños pequeños, los pacientes con trastornos deglutorios y los pacientes con gastrostomía o con sonda nasogástrica.

Especialidad: Bibliografía - Farmacología - Gastroenterología

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