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Climatoterapia en el Mar Muerto y sus Efectos sobre la Vitamina D y las Enfermedades Reumáticas

  • TITULO : Climatoterapia en el Mar Muerto y sus Efectos sobre la Vitamina D y las Enfermedades Reumáticas
  • AUTOR : Harari M, Dramsdahl E, Sukenik S y colaboradores
  • TITULO ORIGINAL : Increased Vitamin D Serum Levels Correlate With Clinical Improvement of Rheumatic Diseases After Dead Sea Climatotherapy
  • CITA : Israel Medical Association Journal 13(4): 212-215, Abr 2011
  • MICRO : La estadía en la zona del Mar Muerto durante un período de 3 semanas con una exposición solar diaria mínima fue suficiente para normalizar los niveles de vitamina D en los pacientes con enfermedades reumáticas, que tenían en su mayoría concentraciones subóptimas a nivel basal, con mejoría en el dolor y la gravedad de la enfermedad.

Introducción

La producción cutánea de vitamina D requiere la exposición a la radiación ultravioleta B (UVB) y se estima que la exposición breve en los brazos y la cara al sol es equivalente al suplemento con 200 UI de vitamina D3 por día. La intensidad de la radiación UVB a nivel del Mar Muerto es la más baja a nivel mundial; pero a pesar de ello, se describió un aumento en los niveles de vitamina D, determinados por las concentraciones séricas de 25-hidroxivitamina D (25-OH-D), en pacientes daneses con psoriasis luego de cuatro semanas de climatoterapia en esa zona.

El descubrimiento de las propiedades inmunoregulatorias de vitamina D llevó a la presunción de su eficacia en pacientes con enfermedades reumáticas inflamatorias y no inflamatorias. Los datos epidemiológicos indicaron una asociación significativa entre la deficiencia de vitamina D y el aumento en la incidencia de enfermedades reumáticas autoinmunes inflamatorias (artritis reumatoidea, lupus eritematoso sistémico) y no inflamatorias (artrosis).

Los objetivos de la presente investigación fueron evaluar si la climatoterapia en la zona del Mar Muerto aumentó las concentraciones séricas de 25-OH-D en personas noruegas con diversos trastornos reumáticos; así como las posibles asociaciones entre los niveles séricos de 25-OH-D, el dolor reumático y la actividad de la enfermedad.

Pacientes y métodos

Participaron en la investigación, 60 personas noruegas con enfermedades musculoesqueléticas sometidas a 21 días de rehabilitación médica en elDMZ Medical Center, Lot Spa Hotel, Mar Muerto, Israel, entre 2005 y 2006. Los participantes se dividieron en tres grupos: el grupo 1 comprendió a aquellos con síndrome doloroso crónico, fibromialgia y lumbalgia; el grupo 2 a quienes tenían artrosis de rodilla o de cadera y el grupo 3 a las personas con artritis reumatoidea.

El protocolo terapéutico clásico para la rehabilitación médica comprende la exposición diaria al sol y los baños en las aguas del Mar Muerto, piletas con aguas mineralizadas, aplicaciones de lodo, clases de gimnasia y consultas médicas con enfermeros o médicos del DMZ. Se evaluó la cantidad de radiación UVB recibida por medio de la exposición solar y se expresó en unidades de dosis eritematosas mínimas (DEM). La DEM se define como la cantidad mínima de radiación UVB que produce eritema cutáneo 24 horas después de la exposición. Al inicio, a los participantes se les asignó un valor de 1 DEM de acuerdo con el fototipo cutáneo según la clasificación de Fitzpatrick. Se asumió que el valor de 1 DEM para los pacientes con los fototipos cutáneos 2, 3 y 4 correspondió a 25, 35 y 45 mJ/cm2 y, la cantidad de radiación UVB absorbida, se calculó por la duración de la exposición solar que luego se transformó en unidades DEM.

La gravedad del dolor se evaluó mediante una escala analógica visual (EAV) completada por los participantes. La valoración global de la gravedad de la enfermedad realizada por los médicos se basó en un cuestionario completado por los pacientes, con ítems referidos a los trastornos del sueño, la actividad diaria, las alteraciones en la movilidad articular y el uso de medicamentos como antiinflamatorios no esteroides; un puntaje más alto correspondió a una mayor gravedad de la enfermedad. Los participantes completaron los cuestionarios y la EAV de dolor el día de llegada y el día anterior a la partida y en esos momentos también se determinaron los niveles séricos de 25-OH-D. Las concentraciones de 25-OH-D superiores a 75 nM se consideraron óptimas; aquellas entre 50 y 75 nM adecuadas, las comprendidas entre 25 y 50 nM insuficientes y las inferiores a 25 nM deficientes.

Los datos se analizaron mediante tablas de frecuencia, estadísticas sumarias, intervalos de confianza y valores de p. Se utilizaron modelos de regresión lineal para el análisis multivariado de las asociaciones entre las modificaciones en los niveles de vitamina D, el dolor en la EAV y el informe de los médicos de gravedad de la enfermedad. Los modelos incluyeron los puntajes basales de dolor y de gravedad de la enfermedad, la edad, el sexo, el fototipo cutáneo y las modificaciones en los niveles de vitamina D. Se consideró significativo un valor de p de 0.05 o menos.

Resultados

La edad promedio de los participantes fue de 62.8 ± 11.6 años, la mayoría eran de sexo femenino (78%) y el índice de masa corporal promedio de 27.97 kg/m2. Se incluyeron 33 pacientes en el grupo 1 (55%), 16 en el grupo 2 (25.7%) y 11 en el grupo 3 (18.3%). Todos las personas, excepto una, tenían el fototipo cutáneo 2 (n = 15, 25%) o el 3 (n = 44, 73.3%). La dosis total acumulativa de radiación UVB para las personas con los fototipos cutáneos 2 y 3 fue de 20-21 DEM y 37-42 DEM, respectivamente.

Al inicio, sólo 22 de 60 personas (36.7%) tuvieron niveles séricos óptimos de 25-OH-D, 24 (40%) concentraciones adecuadas y 14 (23.3%) niveles insuficientes; mientras en la partida, solamente (5%) tuvieron concentraciones insuficientes de 25-OH-D, 13 (21.7%) adecuadas y 44 (73.3%) óptimas. El cambio relativo promedio en las concentraciones de 25-OH-D alcanzaron un 25.2% y los niveles séricos promedio aumentaron significativamente desde un 71.3 ± 26.6 nM al inicio a 89.3 ± 23.2 en la partida (p < 0.001).

Se observó una mejoría significativa en los niveles de dolor evaluados con la EAV y en la evaluación de la gravedad de la enfermedad realizada por los médicos. Asimismo, se observó una correlación significativa entre ambos tipos de evaluaciones.

No se encontró una asociación significativa entre el cambio en los niveles de vitamina D y el fototipo cutáneo o la enfermedad de base. No hubo diferencias significativas en los cambios en los niveles de vitamina D en los tres grupos de enfermedades.

Se observó una correlación significativa entre las modificaciones en los niveles séricos de 25-OH-D y los cambios en el dolor en la EAV (p = 0.012), la evaluación de la gravedad de la enfermedad realizada por el médico (p = 0.02), ajustados por la gravedad de la enfermedad al inicio y los niveles iniciales de dolor.

Discusión y conclusión

Comentan los autores que los resultados de su estudio indicaron que tres semanas de climatoterapia en el Mar Muerto produjeron un incremento en los niveles séricos de vitamina D y este aumento se asoció con el alivio del dolor musculoesquelético y la gravedad de la enfermedad en los pacientes con enfermedades reumáticas inflamatorias y no inflamatorias. Dado que los participantes provinieron de Noruega no es llamativo el hecho de que el 63.3% tuviese niveles de vitamina D inferiores a 75 nM. Más del 73% de los participantes lograron niveles séricos óptimos de 25-OH-D luego de tres semanas de exposición solar diaria (duración promedio de la exposición solar de 30 minutos dos veces por día). Las recomendaciones de salud pública para la exposición solar consisten en la exposición de la cara, manos y brazos por 10 a 20 minutos 2 a 3 veces por semana durante los meses de verano; pero podrían no ser suficientes para lograr niveles óptimos de vitamina D. Sin embargo, la exposición solar prolongada puede aumentar el riesgo de neoplasias cutáneas y no se recomienda, a menos que exista una supervisión médica estricta como ocurre en el Mar Muerto.

La limitación principal del estudio fue el escaso número de participantes en cada grupo que no permitió efectuar análisis de subgrupos.

En conclusión, la estadía en la zona del Mar Muerto durante un período de tres semanas con una exposición solar diaria mínima fue suficiente para normalizar los niveles de vitamina D en los pacientes con enfermedades reumáticas, que tenían en su mayoría concentraciones subóptimas a nivel basal. La mejoría clínica de estos participantes avala la hipótesis de que el incremento en los niveles séricos de vitamina D puede reducir el dolor musculoesquelético. No obstante, es necesaria la realización de más investigaciones que permitan determinar los efectos de la vitamina D sobre la actividad de la enfermedad en las enfermedades reumáticas inflamatorias y no inflamatorias.

Especialidad: Endocrinología - Reumatología

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