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Clínica, Diagnóstico, Tratamiento y Evolución Natural de la Alergia al Huevo

  • AUTOR : Tan J, Joshi P
  • TITULO ORIGINAL : Egg Allergy: An Update
  • CITA : Journal of Paediatrics and Child Health 50(1):11-15, Ene 2014
  • MICRO : La alergia al huevo es la alergia alimentaria más frecuente en los niños de todo el mundo. Las manifestaciones clínicas pueden obedecer a reacciones mediadas por IgE o a otros mecanismos inmunitarios. Este último caso sería particularmente importante en la dermatitis atópica, la enterocolitis inducida por alimentos y la esofagitis eosinofílica.

Introducción

La frecuencia de la alergia al huevo, la forma más común de alergia alimentaria en los niños, es de 0.5% a 2.5%. En un estudio reciente, la prevalencia más alta, del 8.9%, se encontró en Australia.

Fisiopatogenia

La alergia al huevo es una reacción adversa atribuible a mecanismos inmunitarios contra las proteínas del huevo; éstos pueden estar mediados por la inmunoglobulina E (IgE): reacciones de hipersensibilidad de tipo 1) o por los linfocitos T. Los 5 principales alérgenos son el ovomucoide (Gal d1), la ovoalbúmina (Gal d2), la ovotransferrina (Gal d3), la lisozima (Gal d4) y la albúmina (Gal d5). Las proteínas Gal d1 a Gal d4 están presentes en la clara, en tanto que la Gal d5 se encuentra en la yema. El ovomucoide es resistente al calor y a la destrucción por las enzimas digestivas, de modo que representa la proteína con mayor potencial alergénico. La ovoalbúmina, en cambio, es la proteína más abundante.

Alergia al huevo mediada por IgE

Las reacciones mediadas por IgE son las más frecuentes en los niños; por lo general, aparecen en los primeros meses de la vida, en coincidencia con la introducción del alimento en la dieta, y suelen observarse en los niños con antecedentes de dermatitis atópica (DA). Los síntomas aparecen hasta 2 horas después de la ingesta; la urticaria, los vómitos y el angioedema son los principales síntomas clínicos. Sin embargo, la alergia al huevo también puede manifestarse en forma de anafilaxia. Según se ha informado, la alergia al huevo explica entre el 7% y el 12% de todos los casos de anafilaxia en los niños. Muy rara vez se han comunicado reacciones mortales. Esta alergia también ha sido involucrada en algunos casos de anafilaxia inducida por alimentos.

Algunos pacientes reaccionan frente al huevo crudo y cocido, en tanto que otros sólo lo hacen al huevo crudo o parcialmente cocido. Se estimó que el 65% al 81% de los niños con alergia al huevo toleran la ingesta de productos de panificación que lo contienen. La sensibilización al maní es más común en los niños con alergia al huevo.

Diagnóstico de la alergia al huevo mediada por IgE

Los antecedentes clínicos tienen una importancia diagnóstica decisiva. Las pruebas cutáneas positivas, en ausencia de síntomas, deben interpretarse con cautela, ya que pueden reflejar sensibilización, pero no alergia clínica. Las pruebas cutáneas y la determinación de los niveles séricos de la IgE específica son de gran ayuda en los pacientes con manifestaciones clínicas sugestivas de alergia al huevo. Sin embargo, ninguna de ellas se correlaciona con la gravedad de las reacciones clínicas ni predice el riesgo de anafilaxia. En la mayoría de los estudios, el valor predictivo positivo para ambos estudios fue del 95%; no obstante, la prevalencia influye decisivamente en este valor. La prueba de provocación controlada y a doble ciego es el estudio diagnóstico estándar. Este procedimiento también es útil para evaluar la evolución natural (aparición de tolerancia) y para determinar la tolerancia del paciente al huevo en productos de panadería. Como estas pruebas pueden inducir reacciones graves, sólo deben ser realizadas por profesionales entrenados y en ámbitos apropiados para el tratamiento de posibles reacciones anafilácticas. La mayoría de los pacientes con alergia al huevo de gallina también presentan alergia al huevo de otras especies. En ocasiones, estos enfermos son, además, sensibles a la carne de pollo; la reactividad cruzada obedecería a la presencia de Gal d5.

Abordaje de los pacientes con alergia al huevo

El abordaje esencial consiste en evitar la ingesta de huevo. Sin embargo, muchos pacientes toleran los productos de panadería que lo contienen. Es necesario establecer esta situación, ya que ese conocimiento mejora en gran medida la calidad de vida del paciente y reduce el temor a posibles reacciones graves.

Al menos 2 estudios sugirieron que la ingesta de proteínas modificadas podría inducir o acelerar la aparición de tolerancia; sin embargo, en ambos trabajos se incluyeron pacientes sensibilizados, pero sin manifestaciones clínicas. Se requieren estudios aleatorizados, a doble ciego y controlados con placebo para establecer con precisión si la ingesta de huevo en productos de panadería representa una estrategia terapéutica útil para inducir o acelerar la tolerancia. La colaboración del nutricionista es importante para que el paciente aprenda a reconocer los productos que contienen huevo; la participación de estos profesionales es esencial en los enfermos que presentan múltiples alergias alimentarias. Todos los pacientes deben aprender a reconocer y a tratar las reacciones que pudieran aparecer por la ingesta inadvertida del alimento; en casos particulares, puede ser necesaria la prescripción de autoinyectores con adrenalina. Las pruebas diagnósticas deben repetirse periódicamente.

Opciones terapéuticas futuras

La desensibilización se utiliza desde principios de 1900, si bien hace poco que se establecieron protocolos eficaces y seguros. En un estudio reciente, la inmunoterapia indujo la desensibilización sostenida en un porcentaje considerable de pacientes. Sin embargo, la tolerancia también puede reflejar la evolución natural de la alergia. La inmunoterapia, sublingual y por vía subcutánea, está siendo investigada.

Evolución natural

Por lo general, las reacciones al huevo mediadas por IgE u otros mecanismos inmunitarios desaparecen luego de algunos años. Los primeros estudios sugirieron que alrededor del 50% y 66% de los niños afectados se tornaban tolerantes hacia los 3 y 5 años, respectivamente. En cambio, algunos trabajos más recientes mostraron índices más prolongados de persistencia de la alergia, con tasas de tolerancia del 4% a los 4 años, del 12% a los 6 años, del 37% a los 10 años y del 68% a los 16 años. Los niveles séricos bajos de la IgE específica, las reacciones iniciales leves, las reacciones cutáneas de menor diámetro, la declinación más rápida de la IgE específica en el suero, y la ausencia de otras enfermedades atópicas y de otras alergias alimentarias son algunos de los factores que predicen la aparición de tolerancia natural.

Alergia al huevo no mediada por IgE

Estas reacciones han sido descritas en diversos trastornos atópicos. Las reacciones no mediadas por IgE pueden ser importantes en los pacientes con DA; se caracterizan por la exacerbación de los síntomas cutáneos entre las 4 y las 48 horas posteriores a la ingesta de huevo. En ellas intervendrían los linfocitos T. En un estudio, la DA mejoró considerablemente luego de la eliminación del huevo en la dieta. Sin embargo, este abordaje debe implementarse con precaución y siempre debe tenerse en cuenta el riesgo de anafilaxia ante la reintroducción del alimento.

El huevo es un desencadenante importante en la esofagitis eosinofílica, una enfermedad presuntamente secundaria a reacciones locales, mediadas por IgE, y a reacciones locales y sistémicas no vinculadas a la IgE. La eliminación del huevo en la dieta se asocia con una mejoría clínica significativa y una reducción de la infiltración eosinofílica del esófago.

El huevo también puede ser responsable de la enterocolitis inducida por proteínas alimentarias (ECPA), caracterizada por vómitos importantes, diarrea y deshidratación grave, entre 2 y 4 horas posteriores a su ingesta. La ECPA puede obedecer a la ingesta de huevo o de productos de pastelería. Por lo general, remite espontáneamente entre los 2 y los 3 años. Las pruebas cutáneas y la determinación de los niveles séricos de IgE específica son de poca utilidad diagnóstica en estos casos.

Prevención de la alergia al huevo

La introducción tardía de los alimentos sólidos, incluso el huevo, no parece ser una opción preventiva razonable. Incluso más, algunos estudios refirieron una relación positiva entre la introducción retardada y la aparición posterior de asma, eccema o alergias alimentarias en los niños con riesgo alto de alergia al nacer. Una revisión Cochrane, de 2012, no encontró evidencia suficiente para recomendar la exclusión alimentaria durante la gestación y la lactancia. En un estudio de población realizado en Melbourne, la introducción precoz del huevo en la dieta se asoció con índices más bajos de alergia. En este contexto, entre los 4 y los 6 meses de vida parece un momento razonable. Las recomendaciones de diversas organizaciones coinciden en que, en ausencia de indicios que sugieran alergia alimentaria, la introducción de alimentos sólidos (entre ellos, el huevo) no debe demorarse con el objetivo de evitar la aparición de alergia, aun en los niños con riesgo alto.

Alergia al huevo e inmunizaciones

Los pacientes con alergia al huevo no tienen más riesgo de sufrir reacciones adversas luego de recibir la vacuna triple viral (sarampión, rubéola y paperas), en comparación con los niños no alérgicos. Esta vacuna se prepara en cultivos de fibroblastos de pollo, sin alérgenos del huevo, de modo que puede administrarse sin inconvenientes. También la vacuna contra la gripe puede utilizarse con seguridad, siempre y cuando la cantidad residual de ovoalbúmina no sea superior a 1 µg por dosis.

La vacuna contra la fiebre amarilla se prepara en embriones de pollo y se describieron reacciones anafilácticas luego de su aplicación a pacientes con alergia al huevo.

Esta alergia suele considerarse una contraindicación para la administración de propofol, un agente que contiene lecitina de huevo y aceite de soja. Sin embargo, en un estudio, sólo uno de los 43 niños alérgicos al huevo reaccionó ante el fármaco.

Conclusión

La alergia al huevo es una de las alergias alimentarias más frecuentes en los niños. Los pacientes pueden reaccionar a todas las formas de ese alimento o tolerar su ingesta en los productos de pastelería. La alergia parece persistir por más tiempo que el considerado con anterioridad. El tratamiento actual se basa en la eliminación del huevo de la dieta; sin embargo, se esperan con ansiedad los resultados de los estudios en marcha sobre la inmunoterapia oral.

Ref : PEDIAT, ALERG, NUTRI.

Especialidad: Alergia - Bibliografía - Nutrición - Pediatría

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