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Eficacia del Escitalopram para el Alivio de los Síntomas Climatéricos

  • AUTOR : LaCroix A, Freeman E, Ensrud K y colaboradores
  • TITULO ORIGINAL : Effects of Escitalopram on Menopause-specific Quality of Life and Pain in Healthy Menopausal Women with Hot Flashes: A Randomized Controlled Trial
  • CITA : Maturitas 73(4): 361-368, Dic 2012
  • MICRO : El tratamiento con 10 a 20 mg diarios de escitalopram se asocia con mejoría significativa de la calidad de vida y alivio del dolor en las mujeres con síntomas vasomotores relacionados con el estado menopáusico.

Introducción

Aproximadamente el 88% de las mujeres de 45 a 64 años presentan sofocos o sudoración nocturna, asociados con el estado menopáusico. Los síntomas vasomotores (SVM) afectan considerablemente la calidad de vida, el desempeño laboral, las actividades sociales y recreativas y la actividad sexual. En muchos casos, los SVM se asocian con trastornos del sueño y del estado de ánimo y con dificultades para la concentración, entre otras anormalidades. En este contexto, la evaluación de la eficacia de las distintas opciones farmacológicas disponibles para el tratamiento de los SVM debería considerar sus efectos sobre los distintos dominios de la calidad de vida.

La única terapia aprobada por la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos consiste en la administración de estrógenos en dosis bajas; sin embargo, muchas mujeres no pueden utilizar tratamientos hormonales o prefieren no hacerlo. Por lo tanto, es imprescindible disponer de datos precisos para otras alternativas terapéuticas, propuestas en distintas ocasiones; el escitalopram es una de ellas. En diversos trabajos, el escitalopram fue superior al placebo, en términos del alivio de los SVM y de otras manifestaciones clínicas asociadas. El objetivo del presente estudio fue evaluar los efectos del tratamiento con escitalopram sobre la calidad de vida relacionada con la menopausia y sobre los síntomas dolorosos. La eficacia de la terapia sobre la frecuencia y la gravedad de los SVM ha sido informada en un trabajo previo.

Pacientes y métodos

El estudio, a doble ciego, controlado con placebo y aleatorizado, se llevó a cabo con mujeres de 40 a 62 años, reclutadas en cuatro centros del programa Menopause Strategies: Finding Lasting Answers for Symptoms and Health (MSFLASH). En la investigación se aplicó el Menopause-Specific Quality of Life Questionnaire (MENQOL) de cuatro dominios y la Pain Intensity and Interference Scale (PEG) de tres secciones.

Entre 2009 y 2010 se incorporaron 205 mujeres de 40 a 62 años, saludables, perimenopáusicas o posmenopáusicas. Las participantes debían referir 28 o más sofocos o episodios de sudoración nocturna por semana y síntomas moderados a graves cuatro o más días por semana. Se excluyeron las pacientes que habían utilizado agentes psicotrópicos en el mes anterior y aquellas que usaban terapias hormonales. Tampoco se incluyeron las enfermas con trastornos psiquiátricos, entre otros criterios de exclusión.

Las participantes que reunieron los criterios de inclusión fueron asignadas al tratamiento con escitalopram, en dosis de 10 mg por día, o a placebo. La dosis pudo duplicarse en las enfermas que en la cuarta semana de terapia presentaron una disminución inferior al 50% en la frecuencia de los sofocos o que no tuvieron una reducción en la gravedad de éstos.

El MENQOL permite valorar los dominios de SVM y de desempeño físico, psicosocial y sexual, en las últimas cuatro semanas, expresados en puntajes de 0 a 6 (las puntuaciones más altas sugieren peor calidad de vida). El PEG permite conocer la presencia y gravedad de dolor en la última semana, así como también la interferencia del síntoma con las actividades rutinarias. También se calcularon la frecuencia y la gravedad de los sofocos y de los episodios de sudoración nocturna en 24 horas.

Se tuvieron en cuenta los factores demográficos, el hábito de fumar, el consumo de alcohol, el estado menopáusico y el estado de salud en general. La presencia de insomnio se determinó con el Insomnia Severity Index (ISI), en tanto que la calidad subjetiva del sueño se valoró con el Pittsburgh Sleep Quality Index (PSQI). La depresión de evaluó con el Patient Health Questionnaire (PHQ); la ansiedad se conoció con la Generalized Anxiety Disorder Scale (GAD-7) y la función sexual se determinó con el Female Sexual Function Index (FSFI). Se calculó también el índice de masa corporal (IMC). Mediante modelos de regresión se determinaron los efectos del tratamiento, luego del ajuste según la etnia, el centro y los puntajes basales en el MENQOL y en la PEG.

Resultados

Ciento cuatro mujeres fueron asignadas al tratamiento con escitalopram y 101 enfermas recibieron placebo; el 46.3% de las participantes eran afroamericanas. La edad promedio fue de 54 años; el 81.5% de las mujeres eran posmenopáusicas y el 18.5% atravesaba la perimenopausia. El 87% de las mujeres utilizó al menos el 70% de la medicación asignada.

Al momento del enrolamiento, el número promedio de SVM fue de 9.78. La cuarta parte de las participantes tuvieron puntajes en el PHQ-9 sugestivos de depresión leve (19%) o moderada (5.9%) y el 21% presentaba puntajes en la GAD-7 compatibles con ansiedad leve (16.6%) o moderada (4.4%). Las características basales fueron semejantes en los dos grupos de tratamiento.

El puntaje total promedio basal en el MENQOL fue de 3.8 puntos; los valores descendieron, es decir que mejoraron, en los dos grupos de pacientes, en las semanas 4 y 8. Sin embargo, el tratamiento con escitalopram se asoció con mejorías significativamente mayores en el MENQOL, en los modelos de regresión con ajuste según la etnia, el centro y el puntaje basal (diferencia promedio [DP] en la octava semana de -0.41 puntos; intervalo de confianza [IC] del 95%: -0.71 a -0.11; p < 0.001). Se encontraron diferencias importantes a favor del tratamiento con escitalopram en los dominios de SVM, psicosocial y físico; la diferencia más importante, no obstante, se observó para los SVM (DP de -0.75; IC 95%: -1.28 a -0.22; p = 0.02). Si bien no se observaron diferencias entre los grupos en el dominio de función sexual, las modificaciones también favorecieron al tratamiento con escitalopram.

En los análisis de los cambios en el MENQOL en los subgrupos especificados de antemano (según la edad [42 a 49 años, 50 a 54 años, 55 a 59 años y 60 a 62 años], la etnia [blanca, afroamericana y otras], el centro, el nivel educativo, el hábito de fumar, el consumo de alcohol, el IMC y el estado menopáusico) no se registraron interacciones sustanciales (los valores de p estuvieron entre 0.12 y 0.99). Las DP fueron semejantes en todos los subgrupos, luego de considerar los valores del pHQ-9 y de la GAD-7.

El puntaje promedio basal de la PEG fue de 1.6; las puntuaciones disminuyeron en los dos grupos de tratamiento, en la cuarta y la octava semanas. Las diferencias, no obstante, favorecieron a la terapia con escitalopram (DP a la cuarta semana de -0.53; IC 95%: -1.03 a -0.02 y DP a la octava semana: -0.33; IC 95%: -0.81 a 0.15, p = 0.05). En los distintos subgrupos de pacientes evaluadas, los valores de p para las interacciones fueron significativos en todos los casos; sin embargo, el escitalopram fue más eficaz que el placebo en las mujeres con ansiedad en la GAD-7 (p para la interacción = 0.05) y con depresión en el PHQ-9 (p para la interacción = 0.05), en comparación con las mujeres con puntajes basales más bajos.

Discusión

En la presente investigación con mujeres de mediana edad, sanas, con SVM y sin depresión mayor, el tratamiento con escitalopram se asoció con una mejoría significativa de la calidad de vida y con reducción de la intensidad del dolor. Este último beneficio fue, sin embargo, más importante en las pacientes con niveles basales más altos de depresión y ansiedad. Los efectos del escitalopram sobre la calidad de vida se observaron fundamentalmente en el puntaje total en el MENQOL y en los puntajes de los dominios de SVM, psicosocial y físico.

En los trabajos previos con pacientes con SVM por lo general no se valoró específicamente la calidad de vida relacionada con la menopausia; en los estudios que sí lo hicieron se utilizaron numerosas variables. En los trabajos del MSFLASH se aplicó el MENQOL de 29 preguntas, con buenas propiedades psicométricas y con una sensibilidad para detectar cambios en el transcurso del tiempo. En dos estudios previos que utilizaron el mismo cuestionario, el escitalopram y el citalopram mejoraron los puntajes totales en el MENQOL y los de los dominios específicos. En otro trabajo, los beneficios asociados con el escitalopram fueron algo menores que los referidos con anterioridad con el tratamiento con estrógenos, especialmente en los dominios de SVM y de función sexual; en cambio, fue más eficaz en el dominio psicosocial e igual de eficaz en el dominio de síntomas físicos.

Cabe destacar que las poblaciones evaluadas en los distintos trabajos fueron heterogéneas, en especial en relación con la frecuencia basal de SVM. En la presente ocasión sólo se incluyeron pacientes con siete o más episodios de SVM por día, tal como lo recomienda laFood and Drug Administration de los Estados Unidos. Al aplicar estas limitaciones, sólo el 7% al 9% de las mujeres de los Estados Unidos reúnen las características apropiadas, aunque la prevalencia de estos síntomas en pacientes de mediana edad es cercana al 90%. Por su parte, la inclusión de pacientes con síntomas de depresión puede complicar la interpretación de los efectos del tratamiento farmacológico en las enfermas sin depresión. Incluso así, la información global avala la eficacia del escitalopram para la mejoría de la calidad de vida relacionada con la menopausia, en general, y para el alivio de los SVM y de los dominios psicosocial y físico, en particular.

Los dolores articulares y la rigidez son manifestaciones referidas con frecuencia por las mujeres menopáusicas. Los puntajes en la PEG fueron bajos en la cohorte analizada en esta ocasión, a pesar de lo cual el tratamiento con escitalopram redujo la intensidad de los dolores, especialmente en las mujeres con depresión y ansiedad. Dos estudios anteriores sugirieron una correlación alta entre los sofocos y la depresión o ansiedad. La inclusión de un número importante de participantes, entre ellas muchas de raza negra, y los índices altos de adhesión al tratamiento fueron algunas de las ventajas del presente trabajo. En cambio, la duración de ocho semanas y la exclusión de mujeres con depresión mayor u otros trastornos psiquiátricos limitan la aplicabilidad de los hallazgos a la población general de mujeres posmenopáusicas con síntomas climatéricos.

En conclusión de los autores, los resultados del presente estudio indican que el tratamiento con escitalopram en dosis de 10 a 20 mg por día se asocia con mejoría significativa de la calidad de vida y del dolor, en mujeres con síntomas climatéricos. Los hallazgos tienen una relevancia clínica significativa, ya que avalan la utilidad de esta alternativa terapéutica, para el alivio de los síntomas asociados con la menopausia.

Ref : GINECO, PSIQ, NOVO HUMORAP.

Especialidad: Bibliografía - Ginecología - Psiquiatría

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