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Eficacia y Seguridad del Etoricoxib en la Artritis

  • TITULO : Eficacia y Seguridad del Etoricoxib en la Artritis
  • AUTOR : Brooks P, Kubler P
  • TITULO ORIGINAL : Etoricoxib for Arthritis and Pain Management
  • CITA : Therapeutics and Clinical Risk Management 2(1):45-57, Mar 2006
  • MICRO : El etoricoxib en dosis diarias de 60 a 120 mg, en el control del dolor y la inflamación, presenta una eficacia equivalente a la del diclofenac en la artrosis y la artritis reumatoidea y superior a la del naproxeno en la espondilitis anquilosante. Sus efectos adversos gastrointestinales son de menor incidencia respecto de los antiinflamatorios no esteroides clásicos.

Introducción

En el tratamiento de las enfermedades que afectan al sistema musculoesquelético, como la artritis reumatoidea (AR), la artrosis y los trastornos espinales que provocan dolor lumbar crónico, se administran, en una primera fase, fármacos antiinflamatorios no esteroides (AINE), en monoterapia o en combinación con glucocorticoides y paracetamol. En este sentido, la elección del AINE como tratamiento de primera línea radica en la capacidad de estos fármacos de reducir el dolor y la inflamación, ya que inhiben la síntesis de prostaglandinas dependiente de la ciclooxigenasa (COX). Sin embargo, los AINE clásicos, al bloquear la acción de ambas clases de COX (constitutiva [COX-1] e inducible [COX-2]), pueden provocar, luego de ser utilizados por períodos extensos, molestias, alteraciones y afecciones gastrointestinales que determinan que el tratamiento farmacológico sea contraproducente y, por ende, deba ser interrumpido. En este sentido, el efecto adverso más frecuente es la dispepsia y, en ciertos casos, se registran cuadros clínicos de gravedad como hemorragias, úlceras y perforaciones gástricas. En consecuencia, no es posible efectuar, con los AINE clásicos, un control adecuado, en el largo plazo, de cuadros clínicos que afectan al sistema musculoesquelético sin comprometer la salud gastrointestinal. En contraposición, la introducción de los AINE inhibidores selectivos de la COX-2 (mayor afinidad por COX-2 respecto de COX-1) en el tratamiento de dichas afecciones, permitieron reducir, de manera sustancial, la probabilidad de experimentar los efectos adversos antes mencionados. Sin embargo, si bien el perfil de seguridad de estos fármacos es mejor y su eficacia es equivalente a la de los AINE clásicos, se ha demostrado que la utilización de los inhibidores selectivos puede aumentar la propensión a sufrir episodios cardiovasculares (en particular celecoxib y rofecoxib, en comparación con placebo). En consecuencia, resulta fundamental indagar acerca de la estrategia farmacológica más adecuada en el control del dolor de la artrosis y la AR, cuadros progresivos que provocan discapacidad y son experimentadas, a nivel mundial y en forma respectiva, por el 18% de las mujeres y el 10% de los hombres (personas > 60 años) y por el 0.3% al 1% de los individuos adultos.

El objetivo de la presente revisión fue evaluar la eficacia y los efectos adversos potenciales del AINE selectivo etoricoxib.

Eficacia del etoricoxib en el control del dolor musculoesquelético

El etoricoxib presenta una vida media de eliminación de 25 h, alcanza su estado de equilibrio luego de un período de tratamiento de una semana y mantiene una farmacocinética lineal cuando es administrado en dosis que duplican la dosis clínica máxima de 120 mg. Este fármaco es metabolizado de manera amplia y eficaz por las enzimas hepáticas pertenecientes al grupo del citocromo P450 (CYP) y es eliminado en orina (sólo el 1% de la droga intacta).

La dosis diaria recomendada en el tratamiento de la artrosis es de 60 mg, dosis que presenta una eficacia significativa y superior en reducir el dolor, en comparación con placebo, y equivalente al diclofenac y el naproxeno, administrados en tres dosis diarias de 50 mg y 500 mg, respectivamente. Tanto la utilización de etoricoxib como de diclofenac permitió aumentar, de manera significativa, la calidad de vida de los pacientes con dicho cuadro reumático. Asimismo, los efectos del etoricoxib fueron evidentes en un intervalo más corto (en las 4 h siguientes a la primera dosis), respecto del diclofenac. Por otra parte, se ha demostrado una eficacia similar del etoricoxib en reducir el dolor y aumentar la capacidad funcional de los pacientes al ser administrado en dosis diarias de 30 mg (dosis inferior a la recomendada), en comparación con el ibuprofeno, utilizado en tres dosis diarias de 800 mg (período de tratamiento de 12 semanas). Cabe destacar que los estudios antes mencionados evaluaron su eficacia comparativa en la terapia de la artrosis de rodilla y cadera. Por otra parte, si bien diferentes dosis de etoricoxib (10, 60, 90 y 120 mg) han sido evaluadas en el tratamiento de la AR, la dosis diaria de 90 mg es la recomendada en dicho cuadro clínico, ya que logra reducir, en forma significativa, la actividad de la enfermedad, con una eficacia equivalente a la dosis de 120 mg de este fármaco y a la de diclofenac (tres dosis diarias de 50 mg). Sin embargo, no se registraron diferencias respecto de la eficacia comparativa del etoricoxib y el naproxeno. En el contexto de una terapia combinada con otros fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad o con bajas dosis de corticoides, el etoricoxib logra un mayor control del cuadro reumático respecto del naproxeno (tres dosis diarias de 500 mg) en un período de tratamiento de 12 semanas (los efectos beneficiosos se observan luego de las 2 primeras semanas de administración). En contraposición, por posibles razones de heterogeneidad en la demografía o en las características de la AR de los participantes del ensayo clínico, en estudios que agrupan diferentes poblaciones se ha observado que el etoricoxib y el naproxeno permiten controlar de manera similar dicha afección reumática. Por otra parte, en cuadros reumáticos con dolor significativo e inflamación en las articulaciones afectadas, como la gota de tipo agudo, el etoricoxib (dosis diaria de 120 mg), al igual que la indometacina (tres dosis diarias de 50 mg), lograron disminuir, en forma sustancial, dichos síntomas luego de 4 h de ser administrados. Asimismo, el etoricoxib utilizado en dosis diarias de 90 mg o 120 mg en pacientes con espondilitis anquilosante logra, con mayor eficacia que el naproxeno (dos dosis diarias de 500 mg), aumentar la capacidad funcional y reducir la progresión de la enfermedad, el dolor espalda, los síntomas que comprometen a la columna vertebral (en ausencia o presencia de afectación periférica), en un tratamiento de 6 semanas. Cabe destacar que el etoricoxib, en dosis diaria de 90 mg, disminuye el dolor en el intervalo de 4 h de haber sido administrado, muestra un control superior al del naproxeno (período de tratamiento de 52 semanas) y, al permitir un mejor control de los síntomas en pacientes con espondilitis anquilosante resistente a otros AINE, es posible evitar la aplicación de terapias complementarias (terapia biológica). Por otra parte, el dolor lumbar crónico se reduce de manera significativa y equivalente luego de la administración de etoricoxib durante 4 semanas (dosis diaria de 60 mg) o diclofenac (tres dosis diarias de 50 mg); además, se logra aumentar la capacidad funcional. La eficacia en el control de dichos factores en cuadros de dolor lumbar agudo se comprueba luego de la utilización de 60 a 120 mg de etoricoxib. En todos los casos, el efecto del fármaco es significativo en comparación con el placebo. Por otro lado, el control del dolor agudo posoperatorio, como el experimentado luego de una intervención quirúrgica dental, es posible mediante el uso de dosis diarias elevadas de etoricoxib (120 mg), con las cuales se logra reducir el dolor de manera significativa (respecto del placebo) y equivalente al naproxeno (dosis diaria de 550 mg). Es importante mencionar que, debido a su mayor capacidad analgésica, el etoricoxib puede sustituir a la terapia combinada de codeína 60 mg/paracetamol 600 mg o de oxicodona 10 mg/paracetamol 650 mg.

Perfil de seguridad del etoricoxib

En el tratamiento de los diferentes cuadros reumáticos, el etoricoxib presentó una tolerancia adecuada, la cual se mantuvo en el largo plazo y permitió aumentar la calidad de vida.

Con respecto a los efectos adversos gastrointestinales, el etoricoxib, en dosis diarias de 60 a 120 mg, tuvo menor incidencia de perforaciones, úlceras o hemorragias, en comparación con los AINE clásicos como naproxeno, diclofenac e ibuprofeno, administrados en dos dosis diarias de 500 mg y tres dosis diarias de 50 mg y 800 mg, respectivamente (registrados en cuadros de artrosis, AR y espondilitis anquilosante). Asimismo, dichas dosis de etoricoxib permitieron reducir el número de casos de interrupción del tratamiento causado por dispepsia o el uso de protectores gástricos, observada luego de la administración de diclofenac o naproxeno. Por otra parte, la utilización de etoricoxib en dosis diarias de 90 mg produjo mayor incidencia de episodios asociados con hipertensión arterial y de interrupción del tratamiento por esta causa, en comparación con el diclofenac (tres dosis diarias de 50 mg). No obstante, los pacientes que utilizaron etoricoxib (dosis diaria ≥ 60 mg), AINE clásicos (excepto naproxeno) o placebo presentaron una propensión equivalente a experimentar episodios trombóticos cardiovasculares graves. En este sentido, los individuos que usaron naproxeno (dosis diaria de 500 mg) fueron menos proclives a manifestar dichos episodios debido a la acción cardioprotectora de este fármaco. Por otra parte, los pacientes que utilizan etoricoxib, en dosis diarias de 60, 90 o 120 mg, ibuprofeno (tres dosis diarias de 800 mg) o naproxeno (dos dosis diarias de 500 mg), tuvieron una propensión equivalente a experimentar efectos secundarios que comprometían la salud renovascular. Es importante destacar que el etoricoxib se encuentra contraindicado en pacientes con insuficiencia hepática grave y, en casos de insuficiencia leve o moderada (disminución de la eliminación del fármaco), puede utilizarse sin exceder la dosis de 60 mg, administrada con un régimen diario o cada dos días, respectivamente.

Conclusión

El etoricoxib presenta una eficacia equivalente a los AINE clásicos en cuanto a su capacidad de reducir el dolor y la inflamación asociados con cuadros reumáticos, con mejor perfil de seguridad respecto de los efectos adversos gastrointestinales.

Especialidad: Bibliografía - Traumatología

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