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Extractos de Cimicifuga racemosa en el Tratamiento de los Síntomas Menopáusicos

  • TITULO : Extractos de Cimicifuga racemosa en el Tratamiento de los Síntomas Menopáusicos
  • AUTOR : Henneicke-Von Zepelin H
  • TITULO : 60 Years of Cimicifuga Racemosa Medicinal Products
  • CITA : Wiener Medizinische Wochenschrift 167(7-8):147-159, May 2017
  • MICRO : El extracto isopropanólico del rizoma de Cimicifuga racemosa es eficaz en reducir los sofocos, la sudoración nocturna y las alteraciones del sueño asociadas presentes en la etapa menopáusica, en forma similar a la terapia hormonal. No obstante, no induce aumento del espesor del endometrio o la densidad del tejido mamario y promueve la integridad del tejido óseo sin afectar a la función hepática.

Introducción

Los extractos medicinales obtenidos del rizoma de Cimicifuga racemosa han sido evaluados, a nivel mundial, en el tratamiento de los síntomas menopáusicos (SM), en los últimos 60 años. Los estudios realizados en diversos ensayos clínicos destinados a determinar la eficacia y seguridad de dichos productos herbales, resultan fundamentales, ya que los SM se presentan en el 80% de mujeres que se encuentran en etapa menopáusica y disminuyen su calidad de vida. En este sentido, los SM pueden extenderse por un período de 8 a 12 años y también afectar a mujeres que han sido sometidas a quimioterapia o radioterapia o a intervenciones quirúrgicas; se manifiestan en un conjunto de rasgos clínicos que comprenden sofocos y sudoración nocturna (asociados con alteraciones del sueño), irritabilidad, nerviosismo y trastornos del estado de ánimo.

El objetivo de la presente revisión fue determinar las características de los productos derivados de C. racemosa en cuanto a su eficacia y seguridad en el tratamiento de los SM.

Eficacia y seguridad de los extractos derivados de C. racemosa en el tratamiento de los SM

El primer derivado herbal del rizoma de C. racemosa que se utilizó con fines medicinales (año 1956), se elaboró en dos formulaciones: tabletas que contenían el extracto isopropanólico (iCR) y una solución del extracto etanólico. El iCR fue administrado en dosis diarias de 40 mg a 127 mg en los diferentes ensayos clínicos, y se observó en éstos que la dosis mayor lograba un mejor control de los SM. En este sentido, los estudios realizados en las últimas décadas respecto del efecto del iCR en el tratamiento de los MPS, señalan su eficacia en disminuir los síntomas. En particular, en una evaluación efectuada en 304 mujeres que experimentaban dicho cuadro clínico, se observó que el iCR era eficaz en reducir los calores (síntomas vasomotores [SVM]), sudoración y la incidencia de las alteraciones del sueño, determinado por la escala MRS (Menopause Rating Scale), mediante la cual se observó una magnitud del efecto (ME) de 0.03 a 0.05 unidades, respecto del placebo. Dichos valores, se ubicaron en el rango de los obtenidos en la terapia hormonal (TH) de los SM, cuya ME fue de 0.036 unidades de la escala MRS, respecto del placebo. Es importante destacar que la eficacia del iCR, respecto del placebo, fue mayor en mujeres que se hallaban en los primeros años de la etapa menopáusica, en contraste con aquellas que habían experimentado SM por períodos extensos. Por otra parte, la eficacia del extracto etanólico no se pudo determinar en forma fehaciente, ya que, si bien se observó una ME de 0.037 unidades de la escala MRS, el tamaño de la población fue reducido (n = 62) y, por ende, no se obtuvo significación estadística. No obstante, en dicho estudio se estableció que tanto la TH como los derivados de C. racemosa incidían de manera significativa en el metabolismo óseo y la proliferación de células superficiales de la vagina y, a diferencia la TH, no aumentaba el crecimiento del endometrio. En este sentido, diversas investigaciones demostraron que el iCR tiene una eficacia similar a la observada en la TH, pero representa un tratamiento más seguro respecto de los efectos adversos. De esta forma, se determinó que tanto el iCR como el parche transdérmico de estradiol, disminuían los sofocos (valorados por la escala Greene) al ser utilizados durante 3 meses (n = 64). No obstante, el iCR no inducía un aumento en el espesor del endometrio o alteraciones en las concentraciones de las hormonas luteinizante (LH), foliculoestimulante (FSH), estradiol y prolactina y de las enzimas hepáticas involucradas en los procesos de detoxificación. Asimismo, las mujeres que usaban iCR presentaban mayores niveles de lipoproteínas de alta densidad (HDL) y menores concentraciones de lipoproteínas de baja densidad (LDL), respecto de aquellas bajo tratamiento hormonal. En concordancia, la terapia con tibolona, administrada por un período de 3 meses a 244 mujeres, permitió, al igual que el iCR en este estudio, disminuir el índice que estima la relación dosis/eficacia (Kupperman Menopause Index, KMI) con una tasa respuesta equivalente (85% y 84%, respectivamente). No obstante, si bien el tratamiento con tibolona fue seguro y presentó una tolerabilidad adecuada, el iCR tuvo menor incidencia de efectos adversos (p < 0.0001) y su administración no provocó sangrado vaginal, a diferencia de la tibolona (experimentado por 17 mujeres). Asimismo, el iCR no produjo, luego de 6 meses de tratamiento, un aumento en la densidad del tejido mamario, a diferencia de la tibolona y la TH, las que indujeron un incremento superior al 2.3% o 5% y al 5% o 14.3%, respectivamente (el iCR no aumenta la proliferación de células mamarias). En concordancia, la administración de iCR permitió retrasar la recurrencia del cáncer de mama en un promedio de 4.5 años, respecto de lo observado en mujeres que no usaban este producto, en forma independiente a la utilización de tamoxifeno. Por otra parte, la administración del iCR por un período de 3 meses produjo una reducción promedio del volumen de miomas del 30% (p = 0.016) en mujeres en etapa menopáusica (n = 62), en contraposición a la tibolona, que indujo un aumento superior al 4.7%. Asimismo, los derivados de C. racemosa permiten disminuir la dosis acumulada de TH como tratamiento preventivo de osteoporosis, ya que presentan efectos positivos en el metabolismo óseo y la integridad del hueso.

Es importante destacar que los derivados de C. racemosa tuvieron mayor eficacia en el tratamiento de los SVM, pero no los trastornos psicológicos, respecto de la fluoxetina (menor ME del componente psicológico de la escala MPS y valores más bajos del KMI). Sin embargo, la administración de un producto cuya formulación conjugaba iCR e Hypericum perforatum (hierba de San Juan) en mujeres en etapa menopáusica (n = 6141) por un período de 3 meses, permitió lograr una mayor reducción en la afectación de las capacidades cognitivas y en los síntomas de depresión, nerviosismo e irritabilidad, respecto del iCR utilizado en forma individual. Dichos síntomas tuvieron una disminución adicional en los 3 meses siguientes. Asimismo, en la evaluación de los efectos adversos provocados por este producto, en el grupo de mujeres que continuaron el tratamiento durante 12 meses (n = 736) se observó que la incidencia de dichos efectos era del 0.16% y que éstos no revestían gravedad y, además, la tolerabilidad era la adecuada o alta en más del 90% de las pacientes (ausencia de compromiso de la función hepática). Por otra parte, los efectos secundarios del iCR fueron leves y de baja incidencia; entre ellos cabe mencionar: aumento de peso, molestias gastrointestinales, aumento de enzimas hepáticas en el suero, edema facial o periférico y reacciones alérgicas cutáneas.

Mecanismos de acción de los derivados de C. racemosa

Con respecto a los mecanismos de acción de los derivados de C. racemosa, se observó mediante tomografía por emisión de positrones que el tratamiento durante 3 meses con el iCR aumentó la interacción de los opioides mu con sus receptores en el cíngulo anterior y posterior, el núcleo accumbens y el tálamo, los cuales constituyen centros nerviosos involucrados en la regulación de los procesos cognitivos y las emociones. En contraposición, dicha interacción fue reducida por el iCR en regiones cerebrales receptivas al estímulo estrogénico, como la corteza insular anterior y el área dorsoanterior del cíngulo (la acción del iCR en estas áreas no alteró la secreción de LH). Asimismo, estudios realizados en mujeres posmenopáusicas que experimentaban sofocos, confirmaron mediante imágenes por resonancia magnética la activación de las regiones antes mencionadas (ínsula y cíngulo anterior), asociada con dichos episodios. En este sentido, se ha postulado que el iCR interacciona con receptores en estructuras del sistema nervioso central (SNC) que regulan la temperatura corporal, y su capacidad de reducir los sofocos no se correlaciona con un efecto estrogénico. Dichas afirmaciones se basan en la actividad que el iCR presenta en el SNC: promueve la reactivación de neuronas del área preóptica del hipotálamo, sensores de la temperatura corporal, que fueron inhibidas por la ausencia de estrógenos, y participa en la regulación del balance de monoaminas (serotonina y dopamina) y sus metabolitos; en particular, disminuye el efecto de la reducción de serotonina en la vía del núcleo dorsal del rafe-área preóptica del hipotálamo, provocado por la ovariectomía.

Entre los efectos adversos , muy infrecuentes, relacionados con los derivados de C. racemosa, se mencionan síntomas gastrintestinales, reacción alérgicas, edema facial o periorbitario, incremento de los niveles de enzimas hepáticas o aumento ponderal. Ninguno de los estudios relacionados con la seguridad en el uso de estos compuestos (más de 12 000 pacientes) informó casos de hepatotoxicidad.

Conclusión

El iCR es eficaz y seguro en el tratamiento de los SM, reduce la recurrencia de tumores mamarios, se asocia con la disminución en el volumen de los miomas, promueve la integridad ósea y no induce el aumento de la densidad del tejido mamario ni del espesor del endometrio. Su eficacia en disminuir los SM estaría relacionada con su capacidad para modular la actividad de los centros nerviosos que controlan la temperatura corporal, el sueño y el estado de ánimo.

Especialidad: Bibliografía - Ginecología

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