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Tesamorelina en Pacientes con VIH

  • TITULO : Tesamorelina en Pacientes con VIH
  • AUTOR : Falutz J, Allas S, Grinspoon S y colaboradores
  • TITULO ORIGINAL : Long-Term Safety and Effects of Tesamorelin, a Growth Hormone-Releasing Factor Analogue, in HIV Patients With Abdominal Fat Accumulation
  • CITA : Aids 22(14): 1719-1728, Sep 2008
  • MICRO : El uso de tesamorelina en individuos con VIH con acumulación de grasa se asocia con reducción de ésta, especialmente cuando se deposita a nivel visceral, y mejoras en los niveles de IGF1 y colesterol total y en la imagen corporal, con buena tolerabilidad al año de tratamiento.

Introducción

En pacientes con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) tratados con antirretrovirales se observa frecuentemente acumulación abdominal de grasa, dislipidemia y resistencia a la insulina, lo que afecta negativamente el riesgo de enfermedad cardiovascular y la imagen corporal, con reducción de la adhesión terapéutica. En un estudio en fase III, controlado con placebo y aleatorizado, se informó que la tesamorelina, un análogo del factor liberador de la hormona de crecimiento, se asociaba con una disminución del tejido adiposo visceral (TAV) y mejoras en el perfil de lípidos, sin afectar en forma considerable los niveles de glucemia tras 26 semanas de tratamiento. El objetivo del presente estudio fue informar datos sobre la seguridad y el mantenimiento de la eficacia de este fármaco tras una extensión de 26 semanas del ensayo previo (con uso de tesamorelina durante un total de 52 semanas) y luego del abandono de la terapia.

Métodos

Se incluyeron pacientes con VIH que hubieran recibido antirretrovirales durante al menos 8 semanas y que presentaran acumulación excesiva de grasa abdominal (circunferencia de cintura de al menos 95 cm y relación de cintura a cadera de al menos 0.94 en hombres, y 94 y 0.88 en mujeres, respectivamente). En la primera etapa de 26 semanas se evaluó la eficacia de la tesamorelina, mientras que en las 26 semanas siguientes se estudió la seguridad de la administración continuada de 2 mg del fármaco y la persistencia del efecto. Sólo fueron incluidos en la fase de extensión los individuos que completaron la primera etapa y que presentaban niveles de glucemia < 150 mg/dl; aquellos que habían sido tratados con tesamorelina fueron aleatorizados nuevamente para recibir el fármaco o bien placebo, mientras que los que habían recibido placebo fueron tratados con tesamorelina.

Se estudió la seguridad del tratamiento en las semanas 32, 39 y 52, y la eficacia en las semanas 26, 39 y 52. Se estimó el TAV mediante tomografía computarizada, y la medición de la masa magra corporal y la grasa en tronco y extremidades mediante absorciometría de rayos X. Se determinaron los niveles de factor de crecimiento similar a la insulina (insulin-like growth factor [IGF]) 1, de glucemia, de anticuerpos tipo inmunoglobulina G contra tesamorelina y la carga viral y el número de linfocitos CD4. Para el análisis estadístico se utilizó la prueba de Fisher, la de chi al cuadrado y análisis de varianza.

Resultados

De los 315 individuos que iniciaron la fase de extensión, 154 recibieron el fármaco en ambas etapas, 50 en la primera pero no en la segunda, y los restantes 111, placebo en la primera y tesamorelina en la segunda. La tasa de abandono del tratamiento fue del 18.7%, 20.0% y 21.6% en estos grupos, respectivamente, y la de adhesión a la terapia, del 97.0%, 98.1% y 95.4%. El uso de este fármaco no se asoció con cambios clínicamente importantes en la glucemia en ayunas, la glucemia tras la prueba de tolerancia a la glucosa o la insulinemia, ni siquiera en los sujetos tratados durante las 52 semanas completas del estudio. El número de linfocitos CD4 varió en 19 + 199, -28 + 174 y 25 + 167 células por µl en estos tres grupos, en ese orden, y el porcentaje de pacientes con carga viral indetectable a las 52 semanas fue del 66.7%, 76.9% y 68.7%, respectivamente. Durante la etapa de extensión, la tasa de individuos que informaron efectos adversos relacionados con el tratamiento fue del 14% y 18% en los tratados con tesamorelina durante 52 semanas y con placebo y luego tesamrelina; se detectaron nueve efectos adversos graves, incluidos los dos fallecimientos que se observaron en pacientes tratados con el fármaco durante la primera etapa del estudio (uno por enfermedad coronaria preexistente y otro por complicaciones de una hemorragia posterior a amigdalectomía). Ninguno de los efectos adversos graves fue considerado relacionado con la tesamorelina. Dos de los sujetos que recibieron este fármaco durante 52 semanas y cuatro que lo hicieron sólo en la segunda etapa informaron reacciones de tipo urticaria que se extendieron desde el sitio de inyección, y debieron abandonar la terapia por esta causa. La tasa de urticaria en los tratados con el fármaco fue del 2%; en un paciente se detectó, además, una reacción sistémica, con náuseas, taquicardia y mareos.

En los individuos tratados con tesamorelina en ambas fases se observó mantenimiento de la reducción del TAV (-18.1%, p < 0.001, en comparación con el inicio del primer estudio: -17.4% y -23.4% en hombres y mujeres, respectivamente), en forma similar a la adiposidad en el tronco pero sin diferencias en el tejido adiposo subcutáneo o de los miembros. Sin embargo, en los individuos tratados en la primera etapa que posteriormente recibieron placebo este beneficio se perdió considerablemente (-1.6% de diferencia con respecto al inicio, p = 0.19). Los niveles de IGF1 fueron 69.0 ng/ml mayores tras 52 semanas en los sujetos tratados con tesamorelina durante ese período (p < 0.001, en comparación con el inicio del estudio), pero en quienes recibieron placebo en la segunda fase estos niveles se redujeron en gran medida y fueron finalmente similares a los valores previos. En el primer grupo se mantuvieron, además, los cambios en los triglicéridos (-51 + 169 mg/dl, p < 0.001) y el colesterol total (-7 + 36 mg/dl, p = 0.009), en comparación con el inicio del estudio; este efecto también se observó en los tratados con el fármaco sólo en la primera fase (-31 + 98 mg/dl, p = 0.03, y -11 + 32 mg/dl, p = 0.02, respectivamente). No se observaron cambios en la relación entre el colesterol total y el asociado con lipoproteínas de alta densidad en ninguno de los grupos; en ambos grupos se detectó reducción en la media de los niveles de colesterol asociado con estas lipoproteínas, en forma pequeña pero significativa (p < 0.05 y p < 0.001, en ese orden). El uso de tesamorelina durante 52 semanas se asoció con una mejora sostenida en el estrés debido a la apariencia del abdomen, el relacionado con la imagen corporal y el perfil abdominal informado por los pacientes, mientras que la falta de tratamiento se vinculó con pérdida de estos beneficios.

En el grupo de individuos tratados en ambas etapas con tesamorelina se mantuvieron niveles mayores de adiponectina (1.4 + 2.6 µg/ml, p < 0.001, en comparación con el inicio del estudio), mientras que el uso de placebo en la segunda fase se asoció con niveles de esta hormona similares a los iniciales. No se detectaron diferencias significativas en los niveles de proteína C-reactiva. Tras 52 semanas se identificaron anticuerpos contra tesamorelina en el 53.7%, 21.1% y 67.5% de los pacientes que recibieron el fármaco en ambas fases o solo en la primera o solo en la segunda, respectivamente. En todos los sujetos que presentaron urticaria, menos uno, se detectaron estos anticuerpos. No se observaron diferencias entre quienes tenían anticuerpos contra el fármaco y quienes no, en cuanto al TAV o los niveles de IGF1.

Discusión y conclusiones

El objetivo del presente estudio de extensión fue evaluar la seguridad y la persistencia del efecto de la tesamorelina durante 52 semanas; se observó que la tolerancia al fármaco es buena, incluso en cuanto a parámetros importantes como la glucemia. La reducción del TAV presente tras la primera parte del estudio se mantuvo durante el tratamiento por 26 semanas más (reducción de hasta el 18% del tejido), mientras que se acumuló nuevamente en sujetos que recibieron placebo en la segunda fase del estudio. Se halló, además, una mejora en los niveles de triglicéridos y colesterol total asociada con el tratamiento, así como una mejora en la imagen corporal y el estrés producido por esta situación.

En la primera etapa hubo dos fallecimientos, si bien los autores consideraron que no se relacionaban con el tratamiento. Asimismo, varios participantes debieron abandonar el tratamiento ante la aparición de urticaria. En la mitad de los individuos tratados se detectaron anticuerpos contra el fármaco, pero no parecen neutralizarlo dado que los niveles de IGF1 y de TAV fueron similares entre quienes presentaban los anticuerpos o no.

Los autores concluyen que la tesamorelina podría ser una de las mejores alternativas terapéuticas para individuos con VIH con acumulación de grasa, especialmente cuando ésta se deposita a nivel visceral, con buena tolerabilidad al año de tratamiento.

Especialidad: Bibliografía - Endocrinología - Infectología

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