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Actitudes de las Familias de Raza Negra de Bajos Recursos frente a la Medicación Estimulante para el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad

  • TITULO : Actitudes de las Familias de Raza Negra de Bajos Recursos frente a la Medicación Estimulante para el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad
  • AUTOR : dosReis S, Butz A, Chernoff R
  • TITULO ORIGINAL : Attitudes About Stimulant Medication for Attention-Deficit/Hyperactivity Disorder Among African American Families in an Inner City Community
  • CITA : Journal of Behavioral Health Services and Research 33(4):423-430, Oct 2006
  • MICRO : Si bien los niños participantes de este estudio habían estado bajo tratamiento estimulante por un promedio mayor a los dos años, los padres o cuidadores expresaron preocupaciones acerca del potencial de la medicación para provocar abuso de drogas y de efectos adversos y preferían recibir asesoramiento en lugar del tratamiento medicamentoso.

Introducción

Según datos de los Centers for Disease Control and Prevention, 2.5 millones de niños de entre 4 y 17 años reciben tratamiento médico para el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH); aunque la prevalencia en el ámbito extrahospitalario es inferior en los afroamericanos que en los blancos. Se encontró que las familias afroamericanas prefieren tratar al TDAH dentro de las familias en lugar de buscar ayuda profesional. En general, las minorías étnicas tendieron a informar que los familiares y amigos con frecuencia son escépticos acerca del diagnóstico de TDAHy, por ende, confían menos en la asistencia de los profesionales médicos para el tratamiento de la conducta de los niños. A esto se suma la reticencia al uso de medicamentos psicotrópicos por las familias afromericanas con respecto a las de raza blanca, ya que dudan de su eficacia, temen los efectos adversos y tienen menos probabilidades de administrarlos a sus hijos que las personas de raza blanca. Los autores se propusieron identificar las actitudes de los padres acerca de los riesgos y beneficios de los tratamientos estimulantes para el TDAH en los afroamericanos residentes en comunidades urbanas de bajos recursos. Además, evaluaron si los puntos de vistas difirieron según si el niño recibió asesoramiento sobre el TDAH además del tratamiento médico, ya que se sabe poco acerca de si los padres que aceptan la administración de medicamentos lo hicieron desde el inicio y si los padres de los niños que recibieron asesoramiento sobre el TDAH tienen mayor temor hacia los medicamentos.

Métodos

Se realizó una encuesta autoadministrada entre los padres y cuidadores de los niños tratados por TDAH en una clínica de atención primaria pediátrica afiliada a la universidad en Baltimore, Maryland, Estados Unidos. Los criterios de inclusión fueron pacientes pediátricos con TDAH de hasta 19 años tratados con medicamentos para el TDAH en los últimos 12 meses y que convivieran con sus padres o cuidadores en forma continua durante los últimos dos años. El diagnóstico y tratamiento del TDAH se determinó por los profesionales de la clínica.

La muestra se reclutó entre febrero de 2003 y marzo de 2004. La encuesta Attitudes, Satisfaction, Knowledge and Medication Experiences (ASK-ME)consistió en 47 ítems y fue elaborada por el autor principal del estudio con el fin de evaluar los puntos de vista de los padres acerca de la medicación estimulante para el TDAH. Las preguntas se basaron en una revisión de la bibliografía y de la práctica clínica. Contó con un componente demográfico para recabar información acerca del paciente y su familia y un componente relacionado con el tratamiento que indagó acerca de los problemas conductuales del niño, la derivación para tratamiento, el tipo de tratamiento y las expectativas sobre éste. También incluyó un componente vinculado con la actitud que comprendió siete ítems relacionados con los riesgos y beneficios de la medicación estimulante para el TDAH. Los puntajes para los ítems se obtuvieron por medio de una escala de Likert de 5 puntos y la sumatoria de los puntajes totales varió entre 7 y 35; los puntajes más altos reflejaron actitudes más positivas acerca de la medicación. La encuesta ASK-ME se utilizó principalmente en las personas de raza blanca de clase media/alta y la confiabilidad de la escala se publicó previamente. La consistencia interna con la muestra actual fue de 0.70.

Las medidas descriptivas comprendieron la demografía del niño y su familia. Los participantes se dividieron según si los pacientes recibieron asesoramiento o no lo tuvieron. Se utilizaron las pruebas de chi al cuadrado y de la t para determinar si el tratamiento estimulante y los puntos de vista paternos hacia ellos difirieron significativamente entre el grupo que recibió asesoramiento y el que no lo tuvo. La significación estadística se estableció en un valor de p del 5%.

Resultados

La edad promedio de las personas que respondieron la encuesta fue de 38 años y el 71% correspondió a los padres biológicos. La mayoría de los hogares (83%) era monoparental y la educación de más de la mitad de las madres biológicas (52%) correspondió a la escuela secundaria o su equivalente. El 58% de las familias informaron un ingreso anual de 25 000 dólares o menos. La mayoría de los niños eran de sexo masculino (75%), tenían una edad promedio de 8.5 ± 2.3 años y se encontraban en la escuela primaria (entre primero y quinto grado) (83%); fueron frecuentes los servicios de educación especial (42%), la repitencia (40%) y los antecedentes de suspensiones escolares (46%).

La mayoría de los participantes refirieron que fueron derivados desde la escuela (46%) o concurrieron por sí mismos (44%) para la evaluación y tratamiento del TDAH. Los problemas más frecuentemente informados antes del tratamiento fueron hiperactividad (94%), desatención (94%) y mal rendimiento escolar (75%). Los resultados que los padres esperaban con el tratamiento fueron la mejoría en el rendimiento escolar (90%), la conducta (81%) y la desatención (81%). La edad promedio en la cual los niños comenzaron con la medicación estimulante fue de 6.6 ± 1.8 años y al momento de la realización de la encuesta, la duración del tratamiento fue de aproximadamente 2.5 años. Menos de la mitad (38%) informaron que los niños tomaron la medicación todo el año y el 69% habían recibido alguna vez asesoramiento. El 63% de los participantes recomendaría la medicación a un miembro de la familia o un amigo cercano cuyos hijos tuviesen TDAH. Las características del tratamiento del TDAH no difirieron significativamente entre los grupos que habían recibido asesoramiento o los que no lo tuvieron.

Con respecto a las actitudes de los participantes acerca de la medicación estimulante, el 17% pensaba que podía llevar al abuso de drogas, el 22% manifestó que demasiados niños recibían medicación para el TDAH y el 21% que la medicación tenía efectos adversos desfavorables. El 88% de los encuestados indicó que la medicación podría mejorar los síntomas de TDAH y el 90% que era segura si la recomendación era realizada por un médico. El 71% de los participantes inicialmente era renuente a la medicación sobre la base de lo visto o leído en los medios, y menos de la mitad (46%) prefirió la medicación al asesoramiento. Los puntos de vista no difirieron entre los grupos que recibieron asesoramiento y los que no lo tuvieron. Independientemente de si los niños recibieron asesoramiento, casi todos manifestaron que la medicación mejoró los síntomas de TDAH y que era segura si la recomendación era realizada por un médico. Tampoco hubo diferencias entre los grupos en cuanto a las preocupaciones acerca de los efectos adversos o el abuso de drogas. En un mayor porcentaje de los niños que no recibieron asesoramiento, se encontró una mayor influencia de los medios de comunicación, aunque la diferencia no fue significativa (p = 0.06).

Discusión y conclusión

Comentan los autores que si bien los niños participantes de este estudio habían estado bajo tratamiento estimulante por un promedio mayor a los dos años, los padres o cuidadores expresaron preocupaciones acerca del potencial de la medicación para provocar abuso de drogas y de efectos adversos y preferían recibir asesoramiento en lugar del tratamiento medicamentoso. Estos hallazgos coinciden con publicaciones previas acerca de las reservas de los padres afroamericanos sobre los beneficios de la medicación estimulante y las preocupaciones por el riesgo potencial de abuso de drogas. En la presente investigación, los puntos de vista de los padres sobre los estimulantes no difirieron entre los grupos que habían recibido asesoramiento o los que no lo tuvieron, lo cual indica que el asesoramiento no se relacionó con las opiniones de los padres y que pueden estar presentes otros factores que permiten sopesar las preocupaciones sobre la medicación cuando se decide comenzar el tratamiento. Entre las preocupaciones encontradas se cita la indecisión acerca del uso de medicación psicotrópica en los niños. Los puntos de vista de una muestra de personas de clase media, de raza diferente de la blanca en un ensayo previo fueron similares a los de esta investigación. Estos datos indican que los factores socioeconómicos no explican en su totalidad las diferencias en los puntos de vista de los padres y que hay otros factores asociados significativamente con la disposición a utilizar medicación psicotrópica.

Con frecuencia, el tratamiento medicamentoso para el TDAH se indica por los problemas escolares y casi todos los encuestados esperaban una mejoría en el rendimiento escolar como consecuencia de la terapia estimulante. Aproximadamente, el 60% de los niños tomaron la medicación principalmente en los días escolares.

A diferencia de la desconfianza de las familias afroamericanas en otras áreas médicas, la mayoría de los participantes de este estudio informaron que confiaban en las recomendaciones de los médicos tratantes sobre la seguridad de la medicación.

La presencia de conceptos erróneos entre los padres afroamericanos enfatiza la necesidad de identificar los obstáculos a la información y de encontrar enfoques dirigidos a la búsqueda de la atención en todos los grupos raciales. Los hallazgos obtenidos en este estudio indican que las actitudes por sí solas no influyen en la elección del tratamiento y que es necesaria la identificación de otros factores como la adecuación y eficacia de la psicoeducación y la interacción médico-paciente, ya que la desconfianza es común en las minorías raciales. Es necesaria la realización de estudios longitudinales para determinar si los puntos de vista de las familias tienen impacto en las elecciones terapéuticas y los desenlaces clínicos.

Especialidad: Neurología - Pediatría

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