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Analizan la Prevalencia de la Lactancia Materna y el Uso de Métodos Anticonceptivos en una Población de Madres Adolescentes

  • AUTOR : Glass T, Tucker K, Kauffman R y colaboradores
  • TITULO ORIGINAL : Infant Feeding and Contraceptive Practices Among Adolescents With a High Teen Pregnancy Rate: A 3-Year Retrospective Study
  • CITA : Journal of Women’s Health 19(9):1659-1663, Sep 2010
  • MICRO : Las intervenciones que fomentan la lactancia materna y el seguimiento posparto de madres adolescentes podrían ayudar a evitar la recurrencia de embarazos en esta población de riesgo.

Introducción

A pesar de las ventajas de la lactancia materna (LM), el inicio y el mantenimiento de esta práctica por parte de las madres adolescentes son infrecuentes, en comparación con otros grupos etarios. Según una encuesta de población, el porcentaje de madres adolescentes que inician la lactancia es del 50%. En las mujeres con edades comprendidas entre los 20 y los 29 años ese porcentaje es del 68% y en las mayores de 30, del 78%. Asimismo, sólo el 15% de las adolescentes siguen amamantando a los 6 meses del posparto y sólo el 5% hasta el año. Algunos autores informaron que la proporción de mujeres que amamantaban en las regiones del sudeste de los Estados Unidos era mucho menor que la observada en otras regiones, sobre todo en las menores de 20 años.

Durante mucho tiempo, en la región de Amarillo, Texas, se registró la tasa más alta de embarazos en las adolescentes (TEA) de todo el estado. En 2005 el promedio de nacimientos cada 1 000 mujeres con edades comprendidas entre los 15 y los 17 años fue de 35.5, mientras que el promedio nacional fue de 21.4.

El objetivo de este estudio fue establecer la frecuencia de lactancia materna en las adolescentes luego del parto y a las 6 semanas del posparto en esta comunidad de riesgo. También se examinó cuáles eran los métodos anticonceptivos preferidos, ya que los datos obtenidos podrían servir para definir la magnitud del problema en la región y para el diseño de intervenciones específicas.

Materiales y métodos

Durante la investigación se analizaron retrospectivamente los registros clínicos de pacientes adolescentes (de 13 a 18 años) atendidas en los servicios de obstetricia del Texas Tech University Health Sciences Center, de Amarillo, durante el período comprendido entre el 1 de enero de 2006 y el 1 de diciembre de 2008. Este centro se encarga de supervisar la atención del embarazo adolescente en la región.

La recolección de datos se realizó a partir de los registros de internación y las variables seleccionadas fueron la edad materna, la edad gestacional (EG), el número de embarazos y partos previos, el tipo de parto, y el método empleado para alimentar al lactante en el momento del alta y a la sexta semana del posparto. En estos dos momentos también se examinó el método anticonceptivo elegido. La variable tipo de alimentación se dividió en 3 categorías: alimentación con pecho exclusivo, alimentación con fórmula o la combinación de ambas. El primero y el último tipo se consideraron lactancia materna.

El registro del método anticonceptivo (MA) al alta incluyó el método seleccionado por las pacientes, y también los casos en que se indicó la inyección de acetato de medroxiprogesterona de depósito (AMPD) antes de abandonar el hospital. Los MA de las visitas posparto se recopilaron de las historias clínicas. Durante toda la internación y en las visitas posparto se brindó asesoramiento sobre el tema y se discutieron los efectos adversos, los riesgos y beneficios y el índice de fracaso de cada uno.

Las adolescentes con contraindicaciones para la lactancia materna fueron excluidas del estudio.

Para el análisis estadístico se calcularon las frecuencias relativas de los resultados obtenidos y se expresaron en porcentajes. La prueba de la χ2 de Pearson se utilizσ para estudiar las asociaciones entre las variables categóricas y la lactancia y se obtuvieron los odds ratio con intervalos de confianza del 95%. Se estableció como estadísticamente significativo un valor de p < 0.05.

Resultados

Se analizaron los datos de 543 casos consecutivos y se excluyeron 5 del análisis final.

En el momento del alta hospitalaria, 59.3% de las pacientes amamantaban a sus hijos en forma exclusiva o parcial y 40.7% alimentaban a sus hijos con fórmula. No se detectaron asociaciones significativas de la tasa de inicio de la lactancia con la edad materna, la EG o el tipo de alumbramiento. Sin embargo, la paridad se asoció de manera significativa con una menor tendencia al amamantamiento. En comparación con las adolescentes multíparas, en las primíparas el comienzo de la lactancia fue más frecuente. También se detectó una disminución significativa en la frecuencia de la lactancia materna en el lapso comprendido entre el alta hospitalaria y las visitas del posparto.

A pesar de que el seguimiento luego del parto no se incluyó como criterio de valoración principal, se observó que el 27.7% de las madres adolescentes no concurrieron a los controles posparto. Cuando se analizaron por categoría se advirtió que el porcentaje de adolescentes que no asistieron fue mayor en el grupo de las multíparas, aunque la diferencia no fue significativa.

El método anticonceptivo más común entre estas madres fue el AMPD, tanto en las adolescentes que amamantaban como en las que alimentaban a sus hijos con fórmula. Asimismo, el 9% de las jóvenes del primer grupo y el 6.7% del segundo decidieron no adoptar un método anticonceptivo a las 6 semanas del posparto, aunque los autores no pudieron establecer las razones de esta decisión mediante el análisis retrospectivo de los registros médicos.

Discusión

Entre todos los grupos por edades, las madres adolescentes son las que presentan la menor prevalencia de lactancia materna y suelen abandonar esta práctica con mayor frecuencia dentro del primer año. También se observan diferencias notables cuando se analizan estos parámetros por región. Un estudio publicado en 2002 demostró que el 48.8% de las mujeres menores de 20 años que habitan al sur de Estados Unidos iniciaron las lactancia materna durante su estadía en el hospital, aunque sólo el 13.4% continuó con esta práctica a los 6 meses. Los resultados de esta investigación son similares.

Los beneficios que aporta la lactancia materna, tanto en el niño como en la madre, son múltiples. Asimismo, se la puede considerar un anticonceptivo natural porque retrasa la ovulación mediante sus efectos inhibitorios sobre la prolactina y la pulsatilidad de la hormona liberadora de gonadotrofinas.

Distintos obstáculos influyen sobre la actitud negativa que adoptan las adolescentes hacia la lactancia; las más frecuentes son que no se sienten a gusto con el acto de amamantar y el desconocimiento acerca de los fundamentos de esta práctica. En comparación con otras mujeres, en las madres adolescentes la frecuencia de abandono de la lactancia dentro del primer mes es mayor por causas diversas, como grietas en el pezón, aporte insuficiente de leche o la percepción de que el niño no recibe un volumen suficiente.

Es considerable la cantidad de información que sugiere que los profesionales de la salud podrían ejercer un impacto positivo sobre el número de jóvenes que deciden amamantar y continuar con la lactancia. Algunos autores detectaron que por medio de la incorporación de madres de 25 años en un programa comunitario y estructurado que brindó apoyo y asesoramiento en el tema se logró aumentar la tasa de lactancia materna. En dicha investigación, el 82.8% de las mujeres comenzaron a amamantar en comparación con el porcentaje observado en este estudio, que fue del 59%. Una segunda investigación comprobó un efecto positivo sobre la actitud y las preferencias futuras de las adolescentes luego de una presentación de 60 minutos sobre el amamantamiento. Los hallazgos de ambas investigaciones sugieren que estas estrategias educativas mejoran la tasa de lactancia materna entre las jóvenes.

La decisión acerca del método anticonceptivo por emplear debe ser un aspecto importante en la atención posparto de esta población. Algunos autores demostraron la ocurrencia de un segundo embarazo a los 12 meses en el 20% de las mujeres de 15 a 19 años. En esta investigación el porcentaje de multíparas fue de 18%, y 27% de las jóvenes no concurrieron a la consulta de control a las 6 semanas del posparto. Entre las que concurrieron, 16% decidieron no adoptar ningún método anticonceptivo. Las parturientas adolescentes representan una población única que difiere del resto de las jóvenes en la elección del MA. Por ejemplo, en 2007 la National Campaign to Prevent Teen and Unplanned Pregnancy detectó que 35% de las adolescentes en la escuela secundaria eran sexualmente activas y 15% declararon que habían tenido 4 compañeros sexuales o más. El método anticonceptivo más común en los adolescentes fue el condón, seguido de los anticonceptivos orales. En esta investigación, el análisis del MA preferido demostró que 30% de las madres adolescentes eligieron el AMPD y el otro 30%, el dispositivo intrauterino. Estos hallazgos indican que las preferencias difieren entre estos 2 grupos de jóvenes (estudiantes o parturientas).

En otro estudio se observó que las causas principales para no adoptar un MA fueron la intención declarada de mantener la abstinencia, la negación de la posibilidad de volver a quedar embarazada o el deseo de otro embarazo. Los obstáculos para la elección de un MA fueron la falta de apoyo de los padres o de la pareja, las dudas acerca de la confidencialidad relacionada con la discusión del tema con el médico y la falta de conocimiento sobre las opciones para la anticoncepción. Los aspectos principales que tomaron en cuenta las jóvenes para escoger o continuar con un MA fueron la facilidad de uso, el menor número de efectos adversos, el conocimiento acerca del método y la eficacia.

De acuerdo con los hallazgos de este estudio, estas madres escogieron MA de efecto más prolongado y más confiables de los que suelen elegir las jóvenes en general.

Los autores argumentan que si se intensificara el seguimiento posparto y se alentara el uso de MA de efecto prolongado (MA inyectables, el dispositivo intrauterino o el implante de etonogestrel) se podrían reducir las recurrencias de los embarazos en las adolescentes. Para esto es fundamental poner énfasis en el riesgo de quedar embarazada cuando se tienen relaciones sexuales sin protección y las consecuencias del embarazo en la adolescente. También es importante asegurar a las pacientes la confidencialidad al tratar este tema y el apoyo por parte de los padres o de la pareja, que mejora el cumplimiento del tratamiento.

Uno de los beneficios de la lactancia materna es el retraso de la ovulación. Los períodos comprendidos entre embarazos suelen ser más largos en las mujeres que amamantan en comparación con las que alimentan a sus hijos con biberón. Por eso, alentar esta práctica podría ayudar a disminuir las recurrencias de los embarazos en las jóvenes.

Conclusión

El incremento de la prevalencia de la lactancia materna en las adolescentes ofrece distintos beneficios; sin embargo, todavía existen obstáculos para la implementación de esta práctica. Los autores también proponen que alentar a las pacientes para que concurran a los controles posparto y brindar asesoramiento sobre los distintos MA podría ayudar a disminuir la recurrencia del embarazo.

Especialidad: Bibliografía - Ginecología

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