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Una Estrategia Posible para Mejorar la Tolerancia a las Estatinas

  • AUTOR : Vidyarthi M, Jacob P, Chowdhury TA
  • TITULO ORIGINAL : Oral Use of «Low and Slow» Rosuvastatin with Co-Enzyme Q 10 in Patients with Statin-Induced Myalgia: Retrospective Case Review
  • CITA : Indian Journal of Endocrinology and Metabolism 16(Supl. 2):S498-S500, Dic 2012
  • MICRO : En los pacientes que presentan mialgias inducidas por estatinas, la administración de rosuvastatina en dosis bajas con incrementos muy lentos, en combinación con suplementos de coenzima Q 10, podría mejorar la tolerancia sin afectar la eficacia hipolipemiante.

Introducción

En los pacientes con hipercolesterolemia, las estatinas representan la opción terapéutica de primera línea, ya que se asocian con disminuciones significativas de los niveles del colesterol asociado con lipoproteínas de baja densidad (LDLc), al inhibir la síntesis de colesterol y aumentar la actividad de los receptores hepáticos para las LDL. Sin embargo, una minoría de pacientes presenta efectos adversos asociados con el uso de estatinas; el 5% a 10% de los pacientes refiere síntomas musculares en el contexto del tratamiento. Los mecanismos exactos involucrados en la toxicidad muscular de las estatinas no se conocen pero se considera que la disfunción mitocondrial secundaria al compromiso de la síntesis endógena de coenzima Q10 (CoE Q10 o ubiquinona) parece desempeñar un papel importante en este sentido. De hecho, en un estudio, el aporte de CoE Q10 por vía oral revirtió la disminución de los niveles plasmáticos de la CoE Q10 relacionada con el tratamiento con estatinas. Como consecuencia de su naturaleza hidrofílica, el riesgo de mialgias parece menor con la rosuvastatina en comparación con otros agentes de la misma familia. En un trabajo, la administración de dosis bajas de rosuvastatina y la terapia a intervalos más prolongados fueron opciones mejor toleradas e igualmente útiles en términos de la reducción del LDLc.

En el presente estudio retrospectivo, los autores revisaron los efectos de la rosuvastatina, administrada en dosis bajas, con aumentos lentos, en combinación con el aporte de CoE Q10 en pacientes con antecedentes de mialgias inducidas por estatinas.

Pacientes y métodos

La investigación se llevó a cabo en un único centro dedicado a la asistencia de pacientes con dislipidemias. Los participantes presentaban síntomas compatibles con mialgia inducida por estatinas, según los criterios del National Institute of Health and Clinical Excellence (NICE), es decir, síntomas musculares en asociación con el uso de al menos 3 estatinas. Los sujetos recibieron la indicación de utilizar rosuvastatina en dosis de 5 mg por semana, durante 4 semanas; los pacientes con buena tolerancia al tratamiento aumentaron la frecuencia a dos veces por semana. Posteriormente, se indicaron incrementos progresivos basados en la tolerancia. En presencia de efectos adversos, la dosis se redujo al nivel previo; los pacientes con intolerancia absoluta interrumpieron la terapia. Los participantes recibieron simultáneamente CoE Q10 en dosis de 100 mg por día, desde al menos una semana antes del comienzo del tratamiento con rosuvastatina. Los controles se realizaron cada 12 semanas, durante un año como mínimo. En cada control se tomaron muestras de sangre en ayunas para la determinación de los niveles de los lípidos, de la creatinquinasa y de las enzimas hepáticas. La dosis se rosuvastatina se ajustó de forma tal de que el paciente lograra los niveles adecuados de colesterol total (CT; 193 mg/dl en la mayoría de los casos y 155 mg/dl en los sujetos con diabetes o enfermedad coronaria).

Resultados

Cuarenta y tres pacientes fueron seguidos, en promedio, durante 16.2 meses. Seis de ellos interrumpieron el tratamiento en el transcurso de las 12 primeras semanas. En 5 casos, el cese obedeció a la reaparición de síntomas musculares graves, en tanto que el último paciente debió interrumpir la administración de rosuvastatina por presentar un incremento de la concentración de las enzimas hepáticas. Ningún sujeto (incluso entre los pacientes con mialgias graves) presentó aumento de la creatinquinasa a más de 1 000 UI/l.

En los 37 sujetos que pudieron continuar con el tratamiento, la dosis máxima tolerada de rosuvastatina estuvo entre 5 mg por semana hasta 20 mg por día. La reducción promedio de los niveles de CT y de LDLc fue de 29.1% y 27.5%, respectivamente. Los 37 participantes alcanzaron valores de CT de 271 mg/dl o menos y el 62.2% logró cifras de 193 mg/dl o más bajos. El 43.2% presentó valores de CT iguales o inferiores a 155 mg/dl. Ocho pacientes interrumpieron el tratamiento con CoE Q10 pero pudieron continuar la terapia con rosuvastatina, sin complicaciones.

Discusión

Los resultados del presente estudio, a pequeña escala y retrospectivo, en pacientes con mialgias inducidas por estatinas, tratados con rosuvastatina en dosis bajas e incrementos muy lentos, en combinación con suplementos de CoE Q10, sugieren que este esquema puede ser una alternativa válida para que los pacientes con intolerancia a las estatinas puedan ser tratados con estos fármacos. Como los hallazgos preliminares son alentadores avalan ampliamente la realización de ensayos futuros a mayor escala en sujetos con intolerancia a las estatinas.

En algunos pacientes que presentan mialgias vinculadas con el uso de estatinas, los beneficios cardiovasculares asociados con el tratamiento superan el riesgo de efectos adversos; sin embargo, la continuidad no siempre es posible.

Se ha postulado que la CoE Q10 podría desempeñar un papel en la aparición de las mialgias inducidas por estatinas. La inhibición de la HMG-CoA reductasa por parte de las estatinas reduce la síntesis de colesterol y de otros productos de la vía del mevalonato. El mevalonato per sees un precursor de la CoE Q10. La disfunción mitocondrial secundaria a la depleción de CoE Q10 es uno de los mecanismos posiblemente involucrados en las mialgias asociadas con las estatinas.

La incidencia de mialgias puede evitarse o atenuarse eventualmente mediante la utilización de dosis muy bajas de rosuvastatina, sin que por ello se comprometa el efecto hipolipemiante. De hecho, el tratamiento con 2.5 mg a 20 mg de rosuvastatina por semana se asoció con disminuciones del 25% del LDLc; el 70% de los pacientes tratados de esta forma toleró la medicación a pesar de tener antecedentes de intolerancia a estos fármacos. En otros estudios se demostró la eficacia y la seguridad de la rosuvastatina o atorvastatina, ambos agentes administrados dos veces por semana o cada 2 días, solos o en combinación con ezetimibe. Por su parte, en un estudio, el tratamiento con fluvastatina de liberación prolongada fue posible en pacientes con intolerancia a estas drogas.

El presente ensayo retrospectivo en el ámbito de la práctica diaria sugirió que el aporte de CoE Q10 podría ser útil para mejorar la tolerancia a la rosuvastatina, indicada en dosis bajas y con incrementos muy lentos, en pacientes con antecedentes de intolerancia a las estatinas. Sin embargo, estas observaciones deben ser confirmadas en trabajos prospectivos y aleatorizados, concluyen los autores.

Ref : CLMED, CARDIO, ROSUVAST.

 

Especialidad: Bibliografía - Cardiología - Clínica Médica

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