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Evalúan la Utilidad de las Dosis Bajas de Disulfiram para el Tratamiento del Alcoholismo

  • AUTOR : Palatty P, Saldanha E
  • TITULO ORIGINAL : Status of Disulfiram in Present Day Alcoholic Deaddiction Therapy
  • CITA : Indian Journal of Psychiatry 53(1):25-29, Ene 2011
  • MICRO : Los expertos afirman que una dosis de 125 mg diarios es bien tolerada y conserva su efecto terapéutico.

Introducción

Uno de los principales problemas actuales de la salud pública es el alcoholismo. Si bien existen diversos fármacos para su tratamiento, el alto costo, sus efectos adversos y la falta de adherencia a largo plazo interfieren en su eficacia para frenar la adicción. En el caso de la naltrexona y el acamprosato, tienen un precio muy elevado para poder ser adquiridos por las personas de clase social baja o media. Por su parte, el disulfiram es un fármaco eficaz, pero debido a sus efectos adversos, las tasas de adherencia son reducidas. A pesar de ello, muchos pacientes no son capaces de diferenciar si estas reacciones desagradables son producto de la medicación o del abuso de alcohol.

El objetivo de este trabajo fue evaluar la eficacia del disulfiram en dosis de 125 mg/día y compararla con los resultados de un ensayo previo que estudió la eficacia de 250 mg/día de disulfiram para la terapia contra la adicción etílica. Los principales parámetros evaluados fueron las reacciones adversas, las modificaciones de los valores de laboratorio y las tasas de adherencia.

Pacientes y métodos

Se diseñó un ensayo clínico de corte transversal para realizar en pacientes alcohólicos que estaban cursando un tratamiento de 40 días en una clínica privada por su adicción. La duración del estudio fue de 60 días. Durante los primeros 9 días, los participantes recibieron 10 mg de nitrazepam 2 veces por día para lograr la desintoxicación. Durante los días siguientes, los pacientes utilizaron disulfiram.

Se incluyeron en el estudio personas de entre 20 años y 60 años, con criterios de dependencia del alcohol de acuerdo con el DSM-IV y con función hepática conservada. Se excluyeron los pacientes con alteraciones hepáticas y los casos de recaídas.

Al inicio del proyecto, los participantes fueron sometidos a diversos análisis clínicos: hemograma completo, lípidograma, determinación de glucemia, electrolitos séricos, hepatograma y búsqueda de sangre oculta en materia fecal. Además, se les realizaron 3 evaluaciones psiquiátricas: la primera, antes de la administración de disulfiram, luego el día 30 y el día 60 del tratamiento con este fármaco.

El disulfiram se administró en una dosis de 125 mg diarios ingeridos después del almuerzo. Durante el período de internación, la supervisión de la ingesta del fármaco fue realizada por personal de la clínica y durante el período ambulatorio estuvo a cargo de los familiares del paciente. Esta supervisión se dispuso para aumentar las tasas de adherencia.

El seguimiento de los pacientes se realizó en forma regular durante la estadía hospitalaria los primeros 30 días de tratamiento y después con una frecuencia semanal hasta concluir 60 días. En cada consulta se registraron los efectos adversos farmacológicos, el consumo de alcohol y la tasa de abandono. Los participantes realizaron psicoterapia concomitante.

Los parámetros que los autores quisieron investigar fueron los días de abstinencia logrados, la tasa de abandono (definida como el consumo de más de 5 bebidas alcohólicas o de más de 40 g de alcohol en 24 horas), los efectos adversos comunicados por los participantes y las modificaciones en los parámetros de laboratorio.

Resultados

El ensayo fue completado por el 76% de los participantes. La aparición de reacciones adversas farmacológicas fue frecuente. Las más informadas fueron somnolencia, náuseas y fatiga.

La principal alteración detectada en el laboratorio fue el incremento de la gamma-glutamiltransferasa (GGT) hepática (p < 0.001), aunque no se observaron trastornos de la función hepática. En líneas generales, la tolerancia farmacológica fue buena.

La tasa de abandono del tratamiento fue relativamente baja y los autores descartan que se asocie a los efectos adversos producidos por el difulfiram.

Discusión

Se realizaron numerosos estudios a fin investigar la eficacia de diversos fármacos que pueden emplearse para tratar la adicción al alcohol. Lamentablemente, los resultados no son satisfactorios. Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina pueden servir para paliar la depresión subyacente a la necesidad de consumir alcohol, pero no actúan sobre el alcoholismo per se. Los antagonistas dopaminérgicos tampoco son eficaces para este fin. Las benzodiacepinas pueden servir como adyuvantes, pero no constituyen el tratamiento de base. El topiramato es más eficaz que el placebo pero sólo a corto plazo, mientras que el ondansetrón es útil cuando la adicción es de reciente comienzo.

A pesar de las dificultades para hallar un tratamiento eficaz, la participación de diversos neurotransmisores en la adicción etílica brinda la posibilidad de emplear diferentes fármacos en combinación para su tratamiento. Dos que han sido aprobados para el tratamiento del alcoholismo son la naltrexona y el acamprosato. Sin embargo, su elevado precio dificulta su adquisición por parte de los pacientes de bajos recursos. Esto pone al disulfiram en primer plano entre las opciones terapéuticas contra la adicción al alcohol.

En este estudio, la incidencia de reacciones adversas farmacológicas producidas por el disulfiram fue baja. Estos resultados difieren de los encontrados en otros trabajos. Las diferencias podrían deberse a informes falaces o a la presencia de síntomas durante los períodos de sobriedad que fueron agravados con el uso del fármaco. Los síntomas fueron cansancio, depresión, ansiedad y náuseas. Además, hubo 4 casos de reacciones cutáneas que se agravaron con el tratamiento.

Con respecto a los síntomas psiquiátricos, no se detectaron episodios de psicosis. Se produjeron 5 casos de síntomas depresivos, 16 de alucinaciones y 10 de ambos síntomas.

Los investigadores detectaron modificaciones significativas en los parámetros de laboratorio, en especial entre la primera y la tercera muestra, lo cual implicaría que el disulfiram tuvo un papel importante sobre las alteraciones de la función hepática. Entre los valores alterados, el más importante fue el aumento de la gamma-glutamiltransferasa hepática. No obstante, la función del hígado se mantuvo conservada.

Las reacciones adversas farmacológicas no fueron de una magnitud tan grande como para requerir el retiro del tratamiento o la implementación de medidas de rescate. El fármaco se toleró bien. La tasa de abandono del tratamiento con la dosis de 125 mg diarios de disulfiram fue menor que la observada con 250 mg diarios. Por otra parte, los autores descartan que las tasas de abandono se hayan debido a las reacciones adversas producidas por el fármaco, ya que los pacientes no suelen distinguir entre los síntomas de abstinencia y los producidos por los fármacos.

Si bien se produjeron algunas reacciones adversas asociadas al uso de difulfiram, 76.5% de los participantes llegaron al final del estudio. Esto apoyó la hipótesis de que las reacciones adversas no fueron la principal causa de abandono. El disulfiram logró mantener un buen nivel de adherencia sin perder su efecto terapéutico, y la reducción de la dosis probablemente permitió disminuir la incidencia de efectos colaterales. La interacción entre el disulfiram y el etanol que se produjo con esta dosis fue de intensidad leve y pudo ser manejada en los centros de atención primaria.

Los expertos opinan que las tasas de abandono del tratamiento pueden reducirse si se incrementa la motivación de los pacientes con la ayuda de la psicoterapia. Otras medidas que pueden estimular la adherencia y la eficacia del tratamiento contra la adicción al alcohol son el empleo adicional de fármacos que actúen en diferentes vías de señalización neuronales, como la naltrexona u otros fármacos inyectables con actividad a largo plazo, que permitirían asegurar las tasas de adherencia sin necesidad de realizar una supervisión cercana.

Conclusiones

Los autores de este trabajo señalan que una dosis de 125 mg de disulfiram es suficiente para alcanzar el efecto terapéutico contra la adicción al alcohol y tiene un perfil de seguridad aceptable. La interacción entre el etanol y el disulfiram que se produce con esta dosis puede manejarse en los centros de atención primaria. Por otra parte, las reacciones adversas que se observan no pueden considerarse la principal causa de abandono del tratamiento.

La tentación de consumir alcohol y la facilidad con que se consigue esta sustancia son cuestiones que afectan en gran medida la terapia contra la adicción. Existe un momento durante el tratamiento en que los pacientes pierden su motivación y, si no están supervisados, sucumben al deseo de beber. Por eso, los expertos recomiendan realizar una supervisión domiciliaria del tratamiento durante un período de 6 meses, acompañada de una participación activa del paciente en eventos psicosociales y reuniones de alcohólicos anónimos.

Especialidad: Bibliografía - Traumatología

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