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Analizan los Beneficios del Aumento de los Niveles de Acido Fólico, en la Prevención de los Defectos del Tubo Neural

  • AUTOR : Wald NJ
  • TITULO ORIGINAL : Folic Acid and the Prevention of Neural-Tube Defects
  • CITA : New England Journal of Medicine 350(2):101-103, Ene 2004
  • MICRO : Una fortificación de los alimentos con ácido fólico, y la administración exógena de esta vitamina a toda mujer antes y durante el primer trimestre del embarazo, reduciría ampliamente el riesgo de defectos del tubo neural en neonatos.

Un estudio realizado en 1991 demostró que la administración de ácido fólico antes del embarazo y durante sus primeras etapas reducía significativamente el riesgo de defectos del tubo neural en los recién nacidos. A partir de ese momento se comenzó a recomendar que toda mujer que desee quedar embarazada reciba suplementos de ácido fólico desde antes del diagnóstico de embarazo y durante las primeras etapas de éste. Una vez confirmado el embarazo, ya es tarde para que el ácido fólico sea preventivo.

Se ha demostrado que las mujeres que tuvieron un embarazo complicado por defectos del tubo neural tenían autoanticuerpos contra los receptores de ácido fólico, lo que sugiere que hay un mecanismo por el cual el déficit de esta vitamina podría causar el trastorno, y que su administración exógena podría evitarlo. Es necesario investigar la relación entre las dosis y los efectos del ácido fólico administrado, lo que permitiría diferenciar entre los niveles riesgosos y los que evitarían la mayoría de los defectos del tubo neural.

Se creó un modelo que permite predecir los efectos causados por diferentes dosis de ácido fólico exógeno. Este modelo consta de dos 2 partes: una especifica la relación entre la cantidad de ácido fólico ingerido con las concentraciones plasmáticas que alcanza; la otra correlaciona los niveles de la vitamina en la sangre con el riesgo de defectos del tubo neural. Se observó que la primera de las relaciones es aditiva, es decir que un incremento de la cantidad de ácido fólico ingerido aumenta su concentración plasmática. La segunda parte del modelo muestra una relación proporcional, según la cual un aumento determinado del porcentaje del nivel de folato plasmático conduce a una reducción constante del porcentaje de riesgo de defectos del tubo neural. Así, el modelo mostró que el ácido fólico reduce el riesgo de esos defectos, pero que a medida que aumenta la cantidad recibida y, en consecuencia, se incrementa la concentración plasmática, la proporción con la que el riesgo disminuye es cada vez menor. Este modelo resultó coherente con los resultado de los estudios de casos y controles y de cohorte que utilizaron dosis de 0.4 mg de ácido fólico y con lo observado en el estudio del Medical Research Council, en el que 4 mg diarios de esa vitamina evitaron defectos del tubo neural en el 83% de las mujeres que la recibieron antes de embarazarse.

Según el modelo, se espera que la administración diaria de 5 mg de ácido fólico disminuya el 85% del riesgo de defectos del tubo neural en mujeres con un valor basal de 5 ng de folato plasmático, que es el valor normal en los países occidentales. Una dosis mayor sólo aumentaría levemente el porcentaje. Una dosis de 0.4 mg/día, que es la dosis contenida en un complejo multivitamínico habitual, reduce el riesgo un 36%.

Es necesario realizar campañas educativas que destaquen la importancia de recibir ácido fólico antes del embarazo, ya que muchas mujeres no lo tienen en cuenta y cerca de la mitad de los embarazos no son planeados. Adquirir suficientes niveles de folato sólo a través de un cambio en la dieta es poco práctico, por lo que la administración exógena de esta vitamina es fundamental.

En los Estado UnidosEE.UU., se había determinado que la harina y otros productos a base de granos de cereal fueran fortificados con un mínimo de 0.14 mg de ácido fólico por cada 100 g de grano de cereal. A partir de esto, el promedio de ácido fólico ingerido aumentó a 0.2 mg/día y correspondió a una reducción del 20% del riesgo de defectos del tubo neural. Se debieron utilizar bajos niveles de fortificación, ya que se utilizó arbitrariamente como límite superior una ingesta de 1 mg/día de folatos. En Chile, hay planes de fortificar la alimentación con 0.6 mg/día a 0.8 mg/día de ácido fólico, que se cree que permitiría disminuir 3 mmol/l los niveles de homocisteína. Esta reducción se asocia con una disminución del 15% del riesgo de eventos cardíacos isquémicos y del 25% de accidentes cerebrovasculares, trombosis venosa profunda y tromboembolismo pulmonar. No se ha evidenciado comprobado que estas dosis de ácido fólico sean perjudiciales para la salud, pero sí se ha demostrado que la falta de fortificación de los alimentos básicos puede causar un daño considerable.

Una de las preocupaciones en torno a la suplementación con ácido fólico se debió a la creencia de que este compuesto enmascararía una deficiencia de vitamina B12, por el hecho de que corregiría parcialmente la anemia derivada de ese déficit; de esta forma, permitiría la progresión de una disfunción neurológica. Sin embargo, la falta de vitamina B12 no se detecta a partir de la anemia y este trastorno hematológico tampoco se observa en el 100% de los pacientes con deficiencia de esta vitamina B12; además, no se han encontrado evidencias de ese enmascaramiento.

El costo de la fortificación es bajo, ya que es de 1 centavo por persona por año (en los Estados UnidosEE.UU.), que equivaldría a 1 000 dólares por defecto del tubo neural evitado. En otros países, como México, donde la prevalencia de este trastorno es mayor, la fortificación resulta más costo-eficaz. En septiembre de 2003, 38 países, de los cuales ninguno pertenecía a la Unión Europea, estaban de acuerdo en el agregado de ácido fólico a la harina.

Debido a que las autoridades médicas no recomiendan un nivel de fortificación superior a 0.4 mg/día a 0.8 mg/día, es necesario que haya políticas de salud pública que incluyan, además de la fortificación obligatoria de la harina, la recomendación, a todas las mujeres que planean un embarazo, de recibir 5 mg/día de ácido fólico. Cada año, un cuarto de millón de embarazos en todo el mundo tienen como resultado el nacimiento de un neonato con defectos del tubo neural o un aborto debido a ese trastorno; se estima que la mitad de estos casos podrían evitarse simplemente con la fortificación adecuada, lo que se extendería al 85% si todas las mujeres recibieran un suplemento de 5 mg/día antes del primer trimestre de gestación y durante ese período.

 

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