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Analizan los Parámetros que se Asocian con Mayor Consumo de Frutas y Verduras

  • AUTOR : Dehghan M, Akhtar-Danesh N, Merchant A
  • TITULO ORIGINAL : Factors Associated with Fruit and Vegetable Consumption among Adults
  • CITA : Journal of Human Nutrition and Dietetics 24(2):128-134, Abr 2011
  • MICRO : Se observó que el 77% de los individuos incluidos en este estudio consumía menor cantidad de alimentos vegetales en relación a las recomendaciones promovidas en la actualidad. Esta diferencia pone en evidencia la brecha que existe entre las políticas de salud y la situación real observada en la población.

Introducción

Recientemente, se ha puesto en discusión la relación que existe entre el consumo de frutas y verduras y ciertas enfermedades crónicas, como la diabetes, el cáncer, la coronariopatía y el accidente cerebrovascular. Desde la OMS, se han diseñado recomendaciones acerca de la dieta diaria, entre ellas se hace énfasis en la necesidad de consumir 5 raciones de frutas o verduras por día. La alimentación rica en vegetales es considerada como parte de hábitos sanos y, por lo tanto, se han realizado varias investigaciones para dilucidar aquellos factores sociales que favorecen esta costumbre. Según lo observado, existe una relación entre el nivel de consumo de vegetales y las posibilidades económicas, el nivel socioeconómico del contexto habitacional y el estado civil. También, se ha encontrado una relación inversa entre la edad y el nivel de consumo de vegetales. Este hecho puede relacionarse con el fenómeno de racionalización de los alimentos que han adoptado las generaciones que padecieron la Segunda Guerra Mundial. Otros investigadores han reportado un bajo grado de consumo de vegetales entre gerontes, en EE.UU. y en Francia. Además, se encontró que las mujeres son más cuidadosas en relación con la alimentación, en comparación con los hombres. Esto se debe, probablemente, a su mayor grado de conocimiento acerca de la alimentación y de su mayor interés por mantener hábitos saludables. En un estudio epidemiológico llevado a cabo en Canadá, se observó que los sujetos que se alimentaban con una mayor proporción de frutas y verduras eran a su vez más activos, nunca habían adquirido el hábito de fumar y no bebían alcohol. En este trabajo también se comprobó una asociación entre el nivel de ingresos y el consumo de vegetales. No obstante, esta relación resultó insignificante luego de considerar el nivel educativo de los individuos. Resulta claro que para favorecer la adquisición de hábitos alimentarios sanos es imprescindible conocer los factores que facilitan esta costumbre, y así poder llevar a cabo programas de promoción basados en fundamentos.

En este trabajo se realizó un análisis de la posible asociación entre el consumo de frutas y verduras, el comportamiento en relación con la salud y factores socioeconómicos en la población canadiense.

Métodos

Se analizó la información de la Encuesta de Salud de la Población Canadiense, y se incluyeron los datos pertenecientes a 15 512 individuos sanos, cuya edad se encontraba entre 18 y 64 años. El cuestionario constaba de 20 preguntas acerca del consumo diario de frutas y verduras. Los resultados fueron observados mediante modelos de regresión logística para determinar la relación entre el nivel de consumo de vegetales y diferentes variables socioeconómicas, así como indicadores de comportamiento y estilo de vida.

Resultados

La mayoría de las personas resultaron menores de 44 años; la mitad estaban casados; y el 86% contaba con, al menos, una formación académica de nivel secundario.

Solo un 4,7% de los participantes percibió su estado de salud como malo o regular. Sin embargo, el 50,7% presentaba sobrepeso. Se observó que el 77% del total de los encuestados consumía menos de 5 raciones diarias de vegetales, la dosis recomendada por varios organismos de salud. La media de consumo de frutas y verduras fue de 3.5. A su vez, las mujeres presentaron un mayor nivel de consumo de frutas (OR 2.05) y de verduras (OR 1.95), en comparación con los hombres. Aquellos sujetos que se mantenían solteros contaban con mayor nivel académico, eran bebedores ocasionales y de mayor edad demostraron un mayor nivel de consumo de vegetales. Mientras que los individuos con hábito de fumar presentaron menor nivel de consumo.

Discusión

En este estudio, en el que se realizó un análisis de los factores asociados con el grado de consumo de frutas y verduras, se pudo comprobar que la gran mayoría de los encuestados presenta un hábito alimentario diferente al recomendado por los organismos de salud. Los resultados demuestran que ciertas características favorecen el consumo de vegetales; entre ellos, sexo femenino, soltería, mayor nivel académico y mayor ingreso económico. También, se observó una asociación significativa entre el nivel de consumo de vegetales y el IMC (índice de masa corporal), ya que el hábito nutricional fue más adecuado entre aquellos individuos con IMC dentro de los parámetros de normalidad. En este estudio se incluyó a la población adulta entre 18 y 64 años, sin incluir a personas ancianas. Dentro de la muestra, se observó un incremento en el consumo de vegetales asociado con la mayor edad. Estudios realizados en países como Noruega y EE.UU. concuerdan con esta tendencia. Además, hubo coincidencia en las diferencias observadas por género, lo cual indica que las mujeres presentan un mayor grado de conciencia por los hábitos de alimentación saludables. No obstante, investigaciones previas encontraron que los individuos casados contaban con una mejor calidad de alimentación en comparación con los que se mantenían solteros, en contraposición con lo observado por los autores. El nivel académico también fue un factor determinante. Este hecho fue similar a lo observado en estudios previos en la misma población. El nivel de ingresos económicos también demostró asociarse con el nivel de consumo de vegetales al realizar el análisis univariado. Sin embargo, esta relación no fue significativa al considerar otras variables, como el nivel educativo. Aparentemente, este último factor es más relevante; así lo destacaron otros autores que realizaron investigaciones similares. Existe la teoría de que las familias que cuentan con menos ingresos tienden al consumo de alimentos de mayor densidad energética, relegando de este modo a los vegetales. Igualmente, cabe considerar que las frutas y verduras son alimentos perecederos, con lo cual se encarece su valor. Se supone que esta diferencia en la calidad de la alimentación influye en el impacto que generan las enfermedades crónicas según el nivel socioeconómico de las personas, entre ellas el cáncer, que afecta, predominantemente, a individuos en condiciones económicas desventajosas.

La asociación entre el IMC y el nivel de consumo de vegetales fue menor, del mismo modo que lo observado en estudios realizados en Francia y EE.UU.

La influencia negativa del tabaquismo concuerda con hallazgos previos. Este fenómeno resulta paradójico, ya que los sujetos fumadores se beneficiarían con una dieta rica en vegetales dada la mayor necesidad de incorporar sustancias antioxidantes para la protección de las membranas celulares del efecto oxidativo propio del tabaco. Las frutas y las verduras son ricas en vitamina C y otras sustancias con propiedades antioxidantes.

Una de las fortalezas de este estudio es la inclusión de individuos dentro de un amplio rango de edades. También, se utilizó un cuestionario más extenso para la apreciación de los hábitos nutricionales en comparación con estudios previos. Esto, probablemente, haya elevado el grado de precisión de la medición.

A partir del consenso acerca de la necesidad de consumir 5 raciones diarias de frutas y verduras como punto de corte para una dieta saludable, los agentes de la salud cuentan con recomendaciones claras para intervenir con sus pacientes. Esta apreciación facilita la aplicación de campañas de promoción y educación destinadas a la población general. Sin embargo, la capacidad de generar un cambio en los hábitos instaurados en la población general es limitada y requiere de un trabajo progresivo.

La debilidad de este estudio radica en la modalidad autoadministrada de los cuestionarios, lo cual cuenta con la subjetividad de los encuestados. Los estudios de análisis de las herramientas de medición de nutrición comprobaron que solo el 74% de los hombres obesos pudo ser diagnosticado correctamente de acuerdo con los datos obtenidos por medio de cuestionarios. Se debe tener en cuenta que el nivel de consumo de vegetales se estimó sobre la base de la frecuencia de consumo, sin considerar el volumen de alimentos consumidos en cada ingesta. Realizar una medición más precisa resultaría en un mayor costo para llevar a cabo un estudio con tal tamaño de muestra. Por el contrario, se priorizó el hecho de abarcar una muestra representativa de la población general, lo cual permitiría realizar inferencias aplicadas a políticas de salud y campañas educativas.

Conclusión

Se observó que el 77% de los individuos incluidos en este estudio consumía menor cantidad de alimentos vegetales en relación con las recomendaciones promovidas en la actualidad. Esta diferencia pone en evidencia la brecha que existe entre las políticas de salud y la situación real observada en la población. Entre los factores que favorecen una mejor calidad de alimentación se encuentran: sexo femenino, soltería, mayor nivel educativo y consumo de bebidas alcohólicas ocasional, mientras que el tabaquismo se asoció negativamente.

La promoción del consumo de frutas y verduras, según las recomendaciones de los organismos de salud, debería ser una prioridad en políticas de salud. Es necesario llevar adelante campañas de información y educación para la adopción de hábitos nutricionales más sanos destinados a la población general.

Especialidad: Bibliografía - Nutrición

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