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Avances Recientes en la Suplementación con Glucosamina y Condroitina

  • AUTOR : Owens S, Wagner P y Vangsness C 
  • TITULO ORIGINAL : Recent Advances in Glucosamine and Chondroitin Supplementation
  • CITA :  Journal of Knee Surgery 17(4):185-193, Oct 2004
  • MICRO : En este artículo se describen los mecanismos de acción, la farmacocinética, los hallazgos recientes y los estudios que se están realizando con estas dos drogas naturales. 

Introducción

El tratamiento de la osteoartritis es una ciencia que se encuentra en desarrollo, y que tiene importantes consecuencias socioeconómicas y en la calidad de vida de los pacientes. Todavía no queda claro lo que desencadena la enfermedad, su etiología es compleja y multifactorial, y su curso no puede predecirse con exactitud.

A pesar de que se conoce su valor medicinal desde 1969, es poco lo que se conoce acerca de la glucosamina y condroitina, componentes de la matriz cartilaginosa, en cuanto a las vías metabólicas que afectan. Los autores decidieron realizar este trabajo para explicar qué son estos agentes, la forma en la que podrían actuar y su perfil de seguridad, y presentan un resumen acerca de los ensayos clínicos recientes.

Cartílago y osteoartritis

El cartílago hialino es un tejido conectivo altamente especializado. El 50% de su matriz está formado por colágeno, principalmente de tipo II, mientras que la otra mitad está compuesta fundamentalmente por moléculas de proteoglucanos. Estos últimos le otorgan una apariencia viscosa y elástica, y le permiten actuar como una almohadilla.

La glucosamina es un constituyente del queratán sulfato, el glucosaminoglucano que se encuentra en el cartílago hialino junto con el condroitin-4 sulfato y el condroitan-6 sulfato. Estas moléculas de proteoglucanos están unidas entre sí sobre un filamento de ácido hialurónico para formar una macromolécula de proteoglucanos.

El mantenimiento del cartílago articular y de la arquitectura de la articulación radica en el balance entre la síntesis y la degradación de estos componentes de la matriz. La osteoartritis representa la pérdida de esta homeostasia. Los mecanismos que incitan este cambio metabólico no se comprenden completamente, aunque la etiología parece ser multifactorial. La vía final común de la desintegración del cartílago es el desequilibrio entre las proteinasas, que producen el clivaje de los componentes de la matriz, y sus inhibidores.

Mecanismos de acción

Aunque existen algunos datos que indican que la glucosamina y el condroitin sulfato pueden influir en el metabolismo del cartílago, la mayoría de la información proviene de modelos in vitro o de estudios en animales. Estos efectos no han sido establecidos en modelos in vivo realizados en seres humanos, así como tampoco se ha observado que las respuestas metabólicas ocurran en cartílagos artríticos o senescentes.

Ambos agentes aparentan tener más de un mecanismo de acción: parecen estimular la producción de matriz cartilaginosa y reducir la producción de moléculas proteolíticas. Además, se ha observado que la glucosamina posee propiedades antiinflamatorias, al identificársela como inhibidora de la producción de óxido nítrico inducida por el factor de necrosis tumoral alfa y de la interleuquina-1ß. También se ha observado que suprime, mediante una vía indirecta, la producción de ciclooxigenasa-2 y de interleuquina-6.

Datos recientes sugieren que la glucosamina puede afectar de manera favorable el balance entre la degradación del cartílago y la síntesis.

El condroitin sulfato parece tener propiedades similares a las de la glucosamina. Se ha observado que inhibe la quimiotaxis de los leucocitos humanos, disminuye la fagocitosis y la liberación de lisozima, y que protege a la membrana plasmática de las especies reactivas de oxígeno.

Farmacocinética

El metabolismo de la glucosamina en los seres humanos ha sido estudiado luego de su infusión intravenosa, inyección intramuscular o ingesta oral a través de la detección de la actividad con diferentes técnicas que utilizaron como marcador al 14C. Luego de la infusión intravenosa, fue detectada glucosamina plasmática libre con una vida media de 17 minutos. También se observó una captación rápida por parte de las proteínas plasmáticas y se hallaron concentraciones tisulares más altas en hígado, riñón y cartílago. La radiactividad dentro del compartimiento plasmático tuvo un pico entre las 8 y las 10 horas posteriores a la administración, y decreció con una vida media de 70 horas. La administración intramuscular siguió un patrón farmacocinético similar.

Luego de la administración oral se observó un 90% de absorción, el 10% restante apareció en la materia fecal. Se incorporó a los tejidos del 8% al 12% de este agente luego de la excreción renal y de la pérdida a través del dióxido de carbono exhalado. No se detectó glucosamina plasmática libre luego de la administración oral. La unión a las proteínas plasmáticas a través de esta vía siguió un patrón similar, pero la concentración tisular fue cinco veces más baja, probablemente debido al efecto del primer paso hepático.

Aunque en algunos estudios se utilizó el derivado sulfato para determinar la biodisponibilidad y el volumen de distribución, se hallan disponibles otras formas de glucosamina que difieren en estos aspectos, en su pureza, biorreactividad y equivalencia de la dosis. El clorhidrato y el N-acetil o las sales de clorhidrato carecen de grupo sulfato, lo que puede tener consecuencias terapéuticas. El derivado clorhidrato tiene una pureza del 99%, en comparación con el 74% de la forma sulfato, la cual necesita sodio y potasio para su estabilidad; esto se traslada a una equivalencia de dosis de 2 600 mg de sulfato de glucosamina por cada 1 500 mg de clorhidrato. La absorción oral es equivalente entre ambos compuestos.

En perros y en ratas, una dosis oral de condroitina marcada con radionucleidos provocó una absorción del 70%, con un valor pico a las 2 horas. El hígado, riñón, intestinos, líquido sinovial y el cartílago mostraron la radiactividad más alta 24 horas después de la administración. Cuando se administró una dosis única de 800 mg de condroitin sulfato y en dos dosis diarias de 400 mg cada una a voluntarios humanos provocó un incremento significativo en la concentración plasmática de condroitina cuando se la comparó con los valores preadministración durante un período de 24 horas.

Ensayos clínicos

Los resultados de ensayos clínicos que comprendieron la glucosamina o la condroitina evaluaron principalmente los cambios radiológicos y la mejoría en el dolor y la función de la articulación en la osteoartritis.

Investigadores europeos y asiáticos realizaron diversos ensayos controlados con placebo a comienzos de la década de 1980. En estos estudios, las preparaciones orales, intramusculares e intraarticulares de glucosamina se asociaron con un alivio del dolor más duradero, con una mejoría en el grado de movilidad de las articulaciones y con disminución de la tumefacción o inflamación articular en menor grado.

Los estudios comparativos entre glucosamina y antiinflamatorios no esteroides como piroxicam e ibuprofeno arrojaron resultados favorables para la primera, aunque con un efecto de comienzo más lento, pero progresivo y prolongado.

Aunque por lo general el condroitin sulfato se comercializa junto con la glucosamina, se aduce que los productos que lo contienen como único ingrediente tienen efectos beneficiosos para los síntomas de la osteoartritis. Los resultados de los ensayos realizados son coherentes con los efectuados con glucosamina, ya que se demostró reducción del dolor y mejoría en la función de la articulación.

En estudios experimentales se pudo demostrar un efecto sinérgico cuando se administró en forma conjunta glucosamina y condroitin sulfato.

En la actualidad, los National Institutes of Health de los Estados Unidos están realizando un estudio, el Glucosamine/Chondroitin Arthritis Intervention Trial (GAIT), que incluye cinco grupos diferentes: placebo, condroitin sulfato, glucosamina, condroitin sulfato más glucosamina y antiinflamatorios no esteroides. Los resultados estarán disponibles en noviembre de 2005 y se evaluará la mejoría de los síntomas, la progresión radiológica, y las diferencias entre los agentes únicos y los combinados. La Arthritis Foundation recomienda dosis de 1 500 mg para glucosamina y de 1 200 mg para el condroitin sulfato, pero sugiere discontinuar estos agentes si los síntomas no mejoran en pocos meses.

En general, los resultados del empleo de glucosamina y de condroitina para la osteoartritis han sido favorables. La opinión actual de los facultativos acerca del uso de estos productos se vio facilitada por los análisis de revisión y las evaluaciones de calidad disponibles en la bibliografía. Esta bibliografía ha sido blanco de críticas, a causa de la ausencia de protocolos rigurosos de prueba por parte de la FDA estadounidense u otras agencias (debido a que no se los considera como productos medicinales sino como suplementos dietarios), la falta de un seguimiento prolongado y la carencia de datos sobre resultados a largo plazo.

Seguridad

La glucosamina y el condroitin sulfato parecen ser seguros. Se han informado efectos adversos menores como malestares gastrointestinales, cefalea, dolor en los miembros, edema y picazón. No se sabe si la administración prolongada tiene consecuencias fisiológicas. Los datos sugieren que la glucosamina afecta el metabolismo de la glucosa y de la insulina, pero no se conoce completamente la forma en la que esto ocurre, ni la dosis de glucosamina que puede tener este efecto. En un estudio reciente se observó que la infusión exógena de glucosamina en ratas de laboratorio afectó la función de la insulina y la de su receptor, y que su uso en pacientes diabéticos puede potenciar esta enfermedad, aunque no se han efectuado correlaciones con los seres humanos hasta el momento. Cabe destacar que las concentraciones de glucosamina alcanzadas en estos animales fueron significativamente más altas que las que se consiguen luego de una dosis terapéutica de la droga.

Conclusión

La prevalencia de osteoartritis continua en ascenso y se reporta con frecuencia como una patología crónica de los gerontes. Afecta a 1 de cada 8 americanos de todas las edades y > 50% de los de más de 65 años. Tiene importantes implicancias individuales y sociales. Los AINE continúan siendo la terapia conservadora estándar; la glucosamina y el condroitín sulfato son las dos alternativas terapéuticas más recientes, cuyo desarrollo ha despertado gran interés en los EE.UU. Hacen falta nuevos estudios para evaluar las indicaciones, la seguridad y la eficacia de estos productos. Los efectos adversos son escasos y leves, pero las consecuencias del uso masivo de estos fármacos son aún desconocidas.

Especialidad: Bibliografía

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