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Eficacia y Seguridad del Escitalopram en el Control del Trastorno de Pánico

  • AUTOR : Townsend M, Conrad E
  • TITULO ORIGINAL : The Therapeutic Potential of Escitalopram in the Treatment of Panic Disorder
  • CITA : Neuropsychiatric Disease and Treatment 3(6):835-838, Dic 2007
  • MICRO : El escitalopram presenta mayor celeridad en la disminución de la incidencia y gravedad de los ataques de pánico y de la ansiedad provocada por la anticipación de situaciones estresantes, respecto del citalopram, en el tratamiento del trastorno de pánico y tiene menor probabilidad de interacciones farmacológicas.

 

Introducción

El escitalopram es un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina (ISRS) que permite controlar la sintomatología del trastorno de angustia o trastorno de pánico (TP). Si bien este cuadro clínico puede ser contrarrestado por los inhibidores de la monoaminooxidasa (MAO) y los antidepresivos tricíclicos, la necesidad de un seguimiento exhaustivo en pacientes que lo utilizan y la presencia de efectos adversos (incidencia de arritmias potencialmente mortales, en administración única o terapia combinada con fluoxetina), respectivamente, respaldan la aplicación del escitalopram en el tratamiento de dicho trastorno. Cabe destacar que el TP suele estar asociado con la incidencia de depresión y diversos trastornos psiquiátricos, así como con la de afecciones que comprometen el estado de salud general del paciente. En este sentido, la asociación entre el TP y dicho trastorno del estado de ánimo aumenta las alteraciones de la función autónoma y la propensión a cometer suicidio, características de las personas que experimentan ataques de pánico. Por otra parte, el TP presenta una incidencia del 2.7% y, al tratarse de una afección crónica en un número significativo de casos, su prevalencia a lo largo de la vida es del 4.7% (información del National Comorbidity Survey-Replication study).

El objetivo del presente trabajo fue determinar los mecanismos neurobiológicos que explican la eficacia del escitalopram en el tratamiento del TP.

Eficacia y seguridad del escitalopram en el control de los mecanismos subyacentes al TP

El aumento en los niveles de serotonina en el cerebro, provocado por los ISRS, permite disminuir la neurotransmisión noradrenérgica en el locus cerúleo y la estimulación de circuitos cerebrales en la sustancia gris periacueductal que regulan las conductas de pelea y huida, en concordancia con la menor secreción de factor liberador de corticotrofina en el hipotálamo (dichas estructuras nerviosas reciben aferencias de la amígdala, al igual que el tálamo y el núcleo parabraquial, implicadas en la conducta de pánico). Si bien los ISRS y los inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN) son eficaces en controlar las alteraciones en la función del sistema serotoninérgico cerebral, características del TP y conducentes a su cronicidad, se desconoce si este cuadro clínico deriva de las anomalías en la concentración de este neurotransmisor, es decir, su incremento o reducción, respecto de los niveles normales. En este sentido, el autorreceptor 5-HT1A podría aumentar los estados de ansiedad al disminuir el aumento abrupto en los niveles de serotonina, inducido por los ISRS. Cabe destacar que el miedo y la conducta de evasión que presenta una persona con TP suele encontrarse en asociación con otros trastornos: obsesivo- compulsivo (TOC), de ansiedad generalizada (TAG), de ansiedad social (TAS), por estrés postraumático (TEPT) y depresivo mayor (TDM), los cuales pueden ser contrarrestados por el tratamiento con ISRS o IRSN. En particular, mediante ensayos clínicos se ha demostrado la eficacia del escitalopram, el cual es el enantiómero S del citalopram, en el control del TDM, el TAG, el TP y el TAS. De esta manera, al comparar los efectos del citalopram (dosis diarias de 20 mg a 40 mg), el cual es una mezcla de los enantiómeros S y R, y del escitalopram (utilizado en dosis diarias de 10 mg a 20 mg), se observó que este último permitía disminuir con mayor celeridad la incidencia y gravedad de los ataques de pánico y la ansiedad provocada por la anticipación de situaciones estresantes, en pacientes con TP (se registraron menores puntajes, con significación estadística, en la escala de pánico y agorafobia, en forma respectiva, a partir de las semanas 8 y 4 del ensayo clínico [duración 10 semanas, n = 366 individuos adultos]) (estudio de Stahl y colegas). Dicho ensayo clínico comprobó la eficacia del escitalopram y el citalopram en el control del TP, respecto del placebo, en concordancia con el estudio efectuado por Rampello y colegas, en el cual se determinó menor incidencia de ataques de pánico en las semanas 2 y 4 del tratamiento con escitalopram (dosis diaria de 10 mg) o citalopram (dosis diaria de 20 mg), respectivamente (duración del ensayo: 8 semanas, n = 40 individuos, de edad ≥ 65 años). Cabe destacar que se ha postulado que la eficacia del citalopram en contrarrestar la ansiedad y la depresión deriva de la acción del enantiómero S. En contraposición, el enantiómero R estaría relacionado con la incidencia de ataques de pánico (su frecuencia se reduce cuando se administran menores dosis diarias de citalopram). No obstante, el citalopram, en dosis diarias de 20 mg a 60 mg, al igual que la clomipramina (antidepresivo tricíclico, dosis diarias de 60 o 90 mg), logra reducir la incidencia de los ataques de pánico, respecto del placebo.

Los efectos adversos frecuentes del escitalopram no son significativos, sin embargo, se debe realizar un seguimiento del paciente en el inicio del tratamiento, ya que, en ciertos casos, puede experimentar ideas o conductas suicidas. Asimismo, en forma semejante a la utilización de otros inhibidores de la recaptación de serotonina (IRS), pueden registrarse, además de la manía provocada por el tratamiento farmacológico, anorgasmia, aneyaculación y anomalías gastrointestinales. En particular, la incidencia de náuseas y diarrea se produciría por la activación inducida por los IRS de los receptores de serotonina 5-HT2 y 5-HT3, respectivamente. No obstante, el porcentaje de interrupción del tratamiento con escitalopram debido a la incidencia de efectos adversos significativos es bajo (en el 6.3% los casos) y menor que el del placebo (7.6%). Es importante mencionar que los ISRS e IRSN, no suelen presentar interacciones medicamentosas y sus efectos adversos son menores, respecto de los inhibidores de la MAO, los antidepresivos tricíclicos y las benzodiazepinas.

Conclusión

La eficacia del escitalopram en controlar el TP y los trastornos asociados, como depresión mayor y diferentes tipos de ansiedad, en conjunción con la presencia de efectos adversos no significativos y la escasa interacción medicamentosa, determinan que dicho ISRS permita una adhesión adecuada al tratamiento en terapia combinada.

Ref : PSIQ, NOVOHUMORAP, CLMED.

Especialidad: Bibliografía - Psiquiatría

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