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Factores de Riesgo Relacionados con la Aparición de los Síntomas Climatéricos

  • AUTOR:Sabia S, Fournier A, Clavel-Chapelon F y colaboradores
  • TITULO ORIGINAL:Risk Factors for Onset of Menopausal Symptoms. Results from a Large Cohort Study
  • CITA:Maturitas 60(2):108-121, Jun 2008
  • MICRO: Los factores de riesgo están representados por el bajo nivel de educación, el consumo de tabaco, de alcohol y de bocadillos fuera de las comidas, entre otros. Algunos pueden ser modificados lo que permite brindar recomendaciones útiles.

Introducción

En los países occidentales, la mayoría de las mujeres presentan síntomas climatéricos a medida que transcurre la menopausia. El objetivo del presente estudio fue evaluar los factores de riesgo que dan inicio a la aparición de los síntomas de la menopausia. De esta manera, podrían elaborarse recomendaciones que eviten estas manifestaciones durante la posmenopausia.

Algunos de los factores de riesgo que han sido estudiados en investigaciones previas y que se incluyen en la presente son: el índice de masa corporal (IMC), la actividad física, los factores reproductivos y hormonales y la dieta, entre otros.

Los autores evaluaron la asociación entre el inicio de los síntomas climatéricos y los factores reproductivos y hormonales, los antecedentes de enfermedades crónicas y los hábitos alimentarios a partir de datos provenientes del Etude Epidémiologique de Femmes de la Mutuelle Générale de l’Education Nationale (E3N).

Pacientes y métodos

El presente estudio se basó en 28 118 mujeres que se encontraban atravesando el período de la menopausia entre 1990 y 2000 y que formaron parte del estudio de cohorte francés E3N. Dicho ensayo prospectivo había evaluado los factores de riesgo de cáncer y de otras enfermedades crónicas en 98 995 mujeres entre 1925 y 1950.

Se enviaron cuestionarios cada 2 años y se les preguntó de manera concreta acerca de la utilización de tratamientos hormonales, de los factores reproductivos, del consumo de tabaco, de las medidas antropométricas, de los hábitos dietéticos y de los antecedentes médicos personales, en especial acerca de la aparición de los síntomas de la menopausia.

La media de la edad de inicio del seguimiento fue de 45.8 años (desviación estándar [DS] = 3.5) y la duración media del seguimiento fue de 5.5 años (DS = 3.0).

Las mujeres que presentaron 12 meses consecutivos sin menstruación o que fueron sometidas a ooforectomía bilateral o a terapia hormonal fueron consideradas como posmenopáusicas.

La edad de la menopausia fue definida como aquella en que la cual se produjo la última menstruación o la que fue notificada por las pacientes o en la que fueron sometidas a la ooforectomía bilateral.

El cuestionario acerca de los antecedentes alimentarios recabó información acerca del consumo de distintos tipos de alimentos y bebidas en relación con la cantidad, la calidad y la frecuencia de la ingesta de éstos.

Los datos sobre los síntomas climatéricos fueron obtenidos a partir de distintas preguntas del cuestionario aunque no se recabó información acerca del tipo o de la duración de los síntomas que experimentaron las participantes.

Los criterios de exclusión fueron: edad desconocida de inicio de la menopausia, aparición de los síntomas antes del comienzo del seguimiento y uso de fitoestrógenos.

Resultados

De las 28 118 participantes, 16 374 (58.2%) presentaron los primeros síntomas de la menopausia a una edad promedio de 50.3 años, 11 957 (73%) en la premenopausia y 4 417 (27%) en la posmenopausia.

El riesgo de aparición de los síntomas de la menopausia fue asociado de manera negativa con el nivel de educación y con algunos factores hormonales y reproductivos como la duración habitual de los ciclos menstruales, el número de partos y el uso actual de anticonceptivos orales.

Las pacientes con bajo peso, con sobrepeso u obesidad presentaron una disminución en el riesgo pero sólo durante la posmenopausia.

El riesgo fue asociado de manera positiva con el consumo de tabaco y de alcohol, así como con ciertas afecciones frecuentes entre las que se distinguieron: la depresión, la migraña, la enfermedad benigna de la tiroides y la atopía (asma, alergia, entre otras). Se cree que se debería a la posibilidad de presentar mecanismos subyacentes similares como la influencia de las sustancias vasoactivas.

Entre los factores relacionados con la dieta, el consumo de vegetales, frutas, grasas, cereales, carnes, bebidas no alcohólicas, entre otros, no fue vinculado con un mayor riesgo.

El riesgo de aparición de los síntomas climatéricos fue asociado con el consumo de los azúcares de rápida absorción (golosinas), de los bocadillos fuera del horario de las comidas principales, de sopas y de bebidas alcohólicas.

Discusión

El riesgo de inicio de los síntomas de la menopausia es menor en las pacientes que presentan alguna de las siguientes características: mayor nivel de educación, ciclos menstruales de larga duración, mayor número de partos y uso de anticonceptivos orales.

Se observó una disminución del riesgo en las mujeres con bajo peso, sobrepeso u obesidad durante la posmenopausia.

Por el contrario, el aumento del riesgo de inicio de los síntomas fue vinculado con la presencia de depresión, de migraña, de atopia, con el consumo concomitante de tabaco y anticonceptivos orales, la ingesta de bebidas alcohólicas, de golosinas y de alimentos fuera de las comidas.

Estudios previos han asociado el bajo nivel educativo, el consumo de tabaco y la poca actividad física con los síntomas de la menopausia. Las pacientes con mayor nivel educativo tendrían menos síntomas debido a una mejor calidad de vida, mientras que el efecto del consumo de tabaco sobre los sofocos estaría relacionado con los niveles de andrógenos y con la interferencia ejercida por el tabaco sobre la cascada de termorregulación asociada con dichos sofocos.

A partir de otras investigaciones se ha comprobado que el consumo de tabaco disminuye los niveles de estrógenos durante el tratamiento hormonal, en coincidencia con los resultados del presente estudio.

Los autores comentan que no han podido evaluar el efecto protector brindado por la actividad física (corroborado en investigaciones anteriores) debido a la presencia de niveles insuficientes de este tipo de actividad entre las participantes del estudio actual.

La relación entre el IMC y los síntomas climatéricos no es concluyente. Algunos estudios coinciden con el presente en que las mujeres posmenopáusicas con bajo peso, sobrepeso u obesidad tienen un riesgo menor de presentar estos síntomas. Este fenómeno podría explicarse por el efecto de la aromatización de los andrógenos en el tejido adiposo que conllevaría a un aumento de los niveles de estrógenos con la consiguiente disminución de los sofocos. Otros autores concluyen que las mujeres con estas características presentan más síntomas debido a la presencia de mayor cantidad de tejido adiposo, lo cual determinaría una inhibición de la disipación del calor y produciría el aumento de los sofocos.

Por otra parte, fueron realizados tres estudios acerca del vínculo entre la aparición de los síntomas y el número de partos. Dos de ellos no encontraron ningún tipo de asociación entre los tópicos analizados, mientras que el tercero mostró una relación entre el mayor número de partos y distintos síntomas como los olvidos, las palpitaciones y la incontinencia de orina. No se encontró asociación alguna con los sofocos y con la sequedad vaginal. El presente estudio relacionó los síntomas con la mayor cantidad de partos debido a la observación de una disminución del 6% del riesgo de inicio de los síntomas en mujeres con 3 o más hijos.

En las mujeres nulíparas o con ciclos menstruales cortos, los niveles de estradiol durante la fase folicular se mantienen elevados. Por lo tanto, los resultados de esta evaluación pueden ser explicados por una mayor disminución de los niveles de estradiol que determina el aumento del riesgo del inicio de las manifestaciones.

La relación entre los síntomas y el uso de anticonceptivos orales coincide con la de 3 estudios anteriores. La disminución del riesgo estaría asociada con el efecto compensador brindado por los estrógenos exógenos de los anticonceptivos orales.

El riesgo aumentado vinculado con la migraña, con la depresión y con la enfermedad benigna de la tiroides coincide también con los resultados obtenidos en estudios anteriores. Dicha asociación parece estar relacionada con la instauración de ciertos tratamientos, como por ejemplo el uso de inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y de triptanos que modificarían el curso de aparición de los síntomas vasomotores.

Poco se sabe acerca de la relación entre la dieta y las manifestaciones propias de la menopausia. En el presente ensayo pudo observarse la asociación con un riesgo más alto en las pacientes que consumían azúcares, galletas, crema agria y bebidas alcohólicas, incluso después del ajuste de acuerdo al número de bocadillos por día.

El motivo de este aumento del riesgo estaría relacionado con el hecho de que ciertos alimentos, como la crema agria y algunos vinos, estimulan a los mastocitos y de esta forma producen una mayor liberación de histamina con el consiguiente aumento de los síntomas.

Se cree que el mecanismo por el cual los alimentos ingeridos como aperitivos producen aumento del riesgo del inicio de los síntomas, estaría emparentado con modificaciones sobre el metabolismo de la glucosa.

En un estudio experimental se observó una disminución en la aparición de los sofocos en las mujeres a las que se les administró glucosa con el objetivo de imitar el período posprandial, mientras que aumentó durante los períodos de ayuno. Por lo tanto, la presencia de los síntomas vasomotores podría asociarse a la disponibilidad de glucosa. El caso de las mujeres con tendencia a consumir muchos bocadillos ejemplificaría lo antedicho, ya que, por una parte, son propensas a los cuadros hipoglucémicos, y por otra, este tipo de aperitivos incluyen alimentos con elevados índices de glucosa que pueden agravar la hipoglucemia. Por lo tanto, un adecuado control glucémico podría ayudar a evitar los síntomas.

La principal limitación del presente estudio está representada por la falta de identificación de los distintos tipos de síntomas experimentados por las participantes. El término «síntomas de la menopausia» abarca una gran variedad de manifestaciones percibidas por las pacientes que se relacionaban con los cambios hormonales propios de este período. Algunos de éstos fueron los síntomas vasomotores, la sequedad vaginal, la depresión y los síntomas urinarios, entre otros.

Otra limitación es el hecho de que las mujeres hayan notificado síntomas como propios de la menopausia cuando en realidad se debían al envejecimiento o a enfermedades crónicas como la diabetes. En este último caso, los síntomas de hipoglucemia pudieron ser confundidos con sofocos.

Entre los puntos destacables del presente estudio se incluyen: la notificación adecuada y confiable por parte de las participantes y la utilización de la edad como escala de tiempo en el análisis estadístico, lo que permitió la comparación de mujeres de la misma edad y la actualización de variables que se modificaron en el tiempo, como el consumo de tabaco y de anticonceptivos orales y el IMC, entre otros.

Conclusión

La aparición de los síntomas de la menopausia parece verse afectada por diversos factores reproductivos, hormonales y ambientales. Existe un mayor riesgo de inicio de los síntomas en mujeres con bajo nivel de educación, que consumen tabaco, que tienen ciclos menstruales irregulares o depresión, que no realizan tratamiento con anticonceptivos orales, que consumen alcohol y alimentos fuera de las comidas. No obstante, no se pudo confirmar una asociación entre los síntomas mencionados y la poca actividad física.

Algunos de estos factores de riego son modificables, lo que permite sugerir recomendaciones como evitar el consumo de tabaco, de alcohol y de bocadillos fuera del horario de las comidas principales para disminuir la aparición de los síntomas climatéricos.

Especialidad: Bibliografía - Ginecología

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