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Infecciones Genitales en Mujeres Asistidas en una Unidad Básica de Salud: Prevalencia y Factores de Riesgo

  • AUTOR : Barroso Barcelos M, Mercon de Vargas P, Baroni C, Espinosa Miranda A
  • TITULO ORIGINAL : Infecções Genitais em Mulheres Atendidas em Unidade Básica de Saúde: Prevalência e Fatores de Risco
  • CITA : Revista Brasileira de Ginecologia e Obstetrícia 30(7):349-354, Jul 2008
  • MICRO : Estudio transversal en 299 mujeres que describe la prevalencia y el perfil de conducta para infecciones genitales entre las mujeres atendidas en una unidad básica de salud.

 

Introducción

Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) aumentan de 3 a 5 veces el riesgo de adquirir y transmitir la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), y la vaginosis bacteriana puede ser un cofactor de transmisión de este último, principalmente entre las mujeres jóvenes. Las secuelas más graves y de mayor duración aparecen entre las mujeres: enfermedad inflamatoria pelviana, cáncer cervical, infertilidad, abortos espontáneos y embarazos ectópicos; además, puede conllevar al óbito materno.

El tratamiento eficaz de las ETS y de las infecciones del tracto reproductivo previene la aparición de complicaciones y secuelas, disminuye el avance de estas infecciones en la comunidad y ofrece una oportunidad para la educación sobre prevención del VIH. El tratamiento adecuado de estas infecciones en un primer contacto con los profesionales de la salud también constituye una importante medida de salud pública.

El objetivo principal de este estudio fue informar las tasas de prevalencia y el perfil clínico y comportamental de las infecciones genitales en mujeres asistidas en una unidad primaria del Programa de Salud de Familia (PSF) en Vitória, Brasil.

Métodos

Se realizó un estudio transversal en una unidad del PSF en Vitória, Espírito Santo, Brasil, entre agosto de 2003 y marzo de 2004. Fueron incluidas mujeres de 15 a 49 años, sexualmente activas. La estimación del tamaño de la muestra se efectuó considerando la prevalencia de cerca del 5% de infección por Chlamydia trachomatis. El estudio buscó incluir 292 mujeres.

El cuestionario utilizado registró los datos personales, clínicos (inventario de síntomas y uso de medicinas, antecedentes de enfermedades crónicas, cirugías, infecciones de transmisión sexual, transfusión de sangre, uso de drogas, alergia e internaciones previas), historia ginecológica (menarca, coitarquia, número de parejas, fecha del último coito, fecha de la última menstruación, patrón del ciclo menstrual, frecuencia de actividad sexual, uso de anticonceptivos); descripción del examen clínico y de los resultados de estudios de laboratorio.

Luego de la entrevista se realizaron exámenes físico y pelviano con recolección de muestras cervicovaginales de manera rutinaria. Los estudios realizados fueron citología del flujo vaginal para tricomoniasis, examen directo con la coloración de Gram de muestras obtenidas de la vagina y el cuello del útero para el diagnóstico de vaginosis bacteriana y gonorrea, respectivamente y citología endocervical y ectocervical clasificada según el protocolo Bethesda 2001. La citología también se utilizó para evaluar las características de infección por el virus del papiloma humano (HPV). Se realizaron cultivos para Neisseria gonorrhoeae y reacción en cadena de polimerasa para la infección por Chlamydia en muestras de orina.

Se diagnosticó vaginosis bacteriana según la presencia de al menos 3 de los 4 criterios de Amsel y col.: flujo vaginal viscoso, blanco y homogéneo; flujo vaginal con pH > 4.5; liberación de olor a pescado del flujo vaginal al realizar la mezcla con KOH al 10% y 20% de las células epiteliales vaginales representadas por clue cells [células clave].

Para la evaluación de los datos se utilizó un análisis estadístico descriptivo que incluyó las distribuciones de frecuencia de datos categóricos y cálculos de las medias y desviaciones estándar para las variables continuas. También se calculó la prevalencia para reflejar la frecuencia relativa de infecciones genitales, con intervalos de confianza (IC) del 95%. Los odds ratio (OR) y los IC se calcularon en un análisis bivariado para estimar el poder de asociación entre la presencia de infección genital y cada conducta de riesgo potencial. En el análisis multivariado se consideraron las variables que fueron significativas en p < 0.15 y las variables adicionales de asociaciones conocidas previamente (por ejemplo, edad y número de parejas sexuales). Los principales factores de riego se evaluaron por medio de regresión logística con p = 15% como valor crítico para el ingreso de variables y 10% como criterio para su eliminación.

Resultados

Doscientas noventa y nueve mujeres participaron del estudio, con un promedio de edad de 30 (intervalo intercuartil: 24-38) años. Respecto de las actividades profesionales, el 35.7% eran amas de casa y el 31.7%, empleadas domésticas. Más del 60% estaban casadas o poseían una pareja estable.

Las infecciones genitales (estudios con resultados positivos para C. trachomatis, N. gonorrhoeae, Trichomonas vaginalis o las tres) se utilizaron como marcadores para la presencia de asociación entre conducta de riesgo y ETS. Al menos una de esas tres infecciones estuvo presente en 29 mujeres (9.7%; IC = 6.3-13.1%).

La prevalencia de infecciones genitales entre las 299 mujeres participantes fue de 7.4% para C. trachomatis, 2.0% para N. gonorrhoeae, 2.0% para T. vaginalis, 21.3% para vaginosis bacteriana, 9.3% para Candida albicans y 3.3% para la infección por HPV.

El promedio de edad para la primera relación sexual fue de 17.3 (DE = 3.6) años; 37 (12.3%) mujeres manifestaron haber tenido su primera relación sexual antes de los 15 años. El promedio de edad para el primer embarazo fue 19.2 (DE = 3.9) años.

El 13.7% y 4.7% de las mujeres informaron violencia sexual y doméstica, respectivamente. El consumo abusivo de alcohol (OR = 2.9; IC = 1.31-6.37), el empleo inconstante del preservativo (raramente o nunca) (OR = 2.5; IC = 1.15-5.61) y haberse realizado un estudio de VIH antes (OR = 2.8; IC = 1.25-6.46) se asociaron con la presencia de infecciones genitales. En tanto que se consideraron como factores de protección, poseer una sola pareja en la vida y tener una sola pareja en el último año. Al tener en cuenta la presencia de signos y síntomas, se observó mayor riesgo de infecciones genitales entre las mujeres con la prueba de KOH positiva, moco cervical turbio y pH vaginal anormal.

Discusión y conclusión

El presente estudio sobre ETS entre mujeres asistidas en una unidad básica de salud en Vitória buscó investigar la prevalencia de infecciones por Chlamydia, gonococo y tricomonas y el riesgo relacionado con estas infecciones. Se demostró alta prevalencia de al menos una de estas infecciones en esa población (9.7%). Las ETS se asociaron de manera significativa con el número de parejas sexuales, el moco cervical anormal y la presencia de un estudio de VIH previo.

La prevalencia de infecciones por Chlamydia informada en este estudio coincide con otros ensayos realizados en Brasil; la tasa de predominancia de gonorrea fue menor (2%) que la de Chlamydia. En las últimas décadas se observó una reducción de las tasas de tricomoniasis, que puede deberse al tratamiento disponible con metronidazol y a las mejores condiciones de salud de la población.

Los autores del estudio incluyeron la vaginosis bacteriana y la vulvovaginitis candidiásica (que no se consideran ETS) porque son motivos frecuentes de consultas ginecológicas.

La alta tasa de no utilización de preservativos muestra la necesidad de campañas educativas sobre conducta sexual y uso de preservativos entre las mujeres con parejas estables.

Con la intención de reducir el número de mujeres tratadas innecesariamente por infecciones del cuello uterino, se agregó una evaluación de riesgo a la estrategia sindrómica del flujo vaginal: las mujeres con flujo vaginal son tratadas sistemáticamente por infecciones vaginales y, si su evaluación de riesgo es positiva, también recibirán tratamiento para infecciones por gonococo y Chlamydia. El establecimiento y la utilización de protocolos nacionales para el tratamiento de las ETS pueden ayudar a asegurar que las pacientes asintomáticas y aquellas que presentan síntomas reciban la asistencia y el tratamiento adecuados en todos los niveles de los servicios de salud.

El presente ensayo destaca la importancia de la vigilancia de la salud de la mujer con el objetivo de mejorar las intervenciones en la atención de las infecciones ginecológicas. El PSF es una estrategia importante para alcanzar mejores métodos de prevención y asistencia, porque posibilita el acceso más temprano de esta población a la salud. Hay una necesidad de acción dirigida a la evaluación de las conductas de riesgo con vistas a la prevención de las infecciones genitales, concluyen los autores.

Especialidad: Bibliografía - Ginecología - Infectología

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