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La Quetiapina es Segura, Efectiva y Adecuadamente Tolerada por los Adolescentes

  • AUTOR:McConville B, Carrero L, Browne K y colaboradores
  • TITULO ORIGINAL:Long-Term Safety, Tolerability, and Clinical Efficacy of Quetiapine in Adolescents: An Open-Label Extension Trial
  • CITA:Journal of Child and Adolescent Psychopharmacology 13(1):75-82, 2003
  • MICRO: La quetiapina alivia los síntomas negativos y positivos y tiene un perfil adecuado de seguridad y de tolerabilidad a largo plazo al ser empleada para el tratamiento de los adolescentes que presentan síntomas psicóticos.

Introducción y objetivos

Los niños y adolescentes pueden presentar mayor susceptibilidad a los efectos adversos relacionados con el empleo de antipsicóticos. Esto es importante ya que en el 39% de los hombres y en el 23% de las mujeres, los primeros síntomas de esquizofrenia y de los trastornos del espectro esquizofrénico se presentan antes de los 19 años. Por ejemplo, los antipsicóticos típicos generalmente no son bien tolerados por los adolescentes, lo cual produce mala adhesión terapéutica y menor respuesta. En cuanto a los agentes atípicos, su empleo es más frecuente entre los adolescentes. Existen estudios acerca de la eficacia, la tolerabilidad y la seguridad de algunos de estos agentes atípicos en la población de pacientes adolescentes. No obstante, los estudios sobre la quetiapina son escasos. De acuerdo con los resultados de los ensayos disponibles, este fármaco resulta tolerado adecuadamente en la población de pacientes adultos y de ancianos. En un estudio anterior a corto plazo, farmacocinético, efectuado por los autores, se concluyó que la quetiapina es tan eficaz y tan tolerada en la población de pacientes adolescentes como lo es en la población de pacientes adultos. El objetivo del presente estudio fue evaluar la eficacia y la seguridad a largo plazo asociadas con el empleo de quetiapina en adolescentes, en una fase abierta, de extensión del ensayo farmacocinético comentado.

Pacientes y métodos

El presente estudio duró 88 semanas y comenzó dentro de los cinco días de finalización de un estudio anterior de 23 días de duración, sobre la farmacocinética de la quetiapina en adolescentes. La dosis inicial de la droga en estudio fue de 800 mg/día. No obstante, la dosis final fue ajustada según las necesidades de cada paciente y el criterio del médico tratante. Se permitió el empleo concomitante de medicación según el cuadro clínico del paciente.

Participaron adolescentes de 12 a 17 años que reunían los criterios para el diagnóstico de trastorno esquizoafectivo o de trastorno bipolar con síntomas psicóticos. La eficacia del tratamiento se midió mediante evaluaciones psiquiátricas efectuadas periódicamente, a partir de la semana 4 hasta la 88. Las escalas de evaluación empleadas fueron la Clinical Global Impression Severity of Illness (CGI-S), la Brief Psychiatric Rating Scale (BPRS) y la Scale for the Assessment of Negative Symptoms (SANS). La tolerabilidad de la quetiapina se estimó mediante evaluaciones neurológicas periódicas. Asimismo, se empleó la Simpson Angus Scale (SAS) y la Abnormal Involuntary Movementys Scale (AIMS) para valorar síntomas extrapiramidales. También se efectuaron análisis de laboratorio y oftalmológicos.

Resultados

Participaron cinco varones y cinco mujeres. Las alteraciones identificadas fueron el trastorno esquizoafectivo (n = 7) y el trastorno bipolar con síntomas psicóticos (n = 3). La dosis media diaria de quetiapina administrada fue de 600 ± 122 mg. La duración media del tratamiento durante la fase abierta de extensión fue de 445 ± 155 días. Se verificó un alivio de los síntomas psicóticos durante el estudio. En comparación con lo observado al inicio de la investigación, el puntaje de la BPRS y de la CGI-S disminuyó significativamente hasta la semana 64 de evaluación. En cuanto al puntaje de la SANS, la disminución fue significativa hasta la semana 52 de estudio. Ningún paciente requirió medicación antipsicótica adicional.

En cuanto a la tolerabilidad del tratamiento con quetiapina, inicialmente los pacientes presentaban indicios leves de movimientos involuntarios anormales de acuerdo con el puntaje de la AIMS. Dicho puntaje se modificó ligeramente durante el estudio, entre 0.25 y -0.5 puntos. A medida que transcurrió la investigación se observó una disminución del puntaje de la SAS, lo cual indica que los síntomas extrapiramidales disminuyeron. Además, ningún paciente requirió tratamiento específico alguno debido a la presencia de síntomas extrapiramidales durante el estudio. La mayoría de los eventos adversos fueron leves a moderados. El más frecuente fue la somnolencia y se verificó en el 60% de los participantes. También se detectaron casos de cefaleas y faringitis. No obstante, ningún paciente abandonó el estudio debido a la presencia de eventos adversos.

Un paciente presentó cefalea grave y ambliopía debido a hipertensión endocraneana. No obstante, dicha hipertensión no se relacionó con el tratamiento con quetiapina y el paciente se recuperó una vez suspendida la medicación que causó el cuadro (minociclina). Se detectaron variaciones intermitentes y de magnitud reducida de los niveles de tiroxina, aunque dichas variaciones no se asociaron con la modificación del nivel de tirotrofina. Dos pacientes presentaron una prolongación asintomática e intermitente del intervalo QT corregido, en tanto que otro presentó un bloqueo aurículoventricular de primer grado intermitente. Dicho bloqueo se detectó al inicio del estudio, mejoró durante el curso de éste y no requirió intervención farmacológica. En general, no se observó aumento de peso corporal ni del índice de masa corporal estadísticamente significativo. El aumento promedio de peso fue de 6.8 Kg durante las 64 semanas. No obstante, tres de los participantes consideraron dicho aumento como un evento adverso leve. No se registraron trastornos oftalmológicos relacionados con el tratamiento con quetiapina.

Discusión

De acuerdo con los resultados del presente estudio, la quetiapina es un agente eficaz, tolerable y seguro para el tratamiento a largo plazo de los adolescentes que presentan síntomas psicóticos positivos y negativos. La droga fue bien tolerada y los efectos adversos fueron, en general, leves o moderados. Además, se observó una disminución de los síntomas extrapiramidales a medida que transcurrió el estudio. La probabilidad baja de aparición de síntomas extrapiramidales relacionada con el tratamiento con quetiapina, también se verificó en estudios a corto plazo efectuados en adultos y en adolescentes. Los efectos adversos como el aumento de peso corporal pueden afectar la adhesión al tratamiento, especialmente entre los adolescentes. En el presente estudio, el aumento de peso promedio fue de 6.8 kg durante las 64 semanas de tratamiento. No obstante, ningún paciente abandonó el tratamiento por este motivo. Destacan los autores, que no pudo evaluarse con precisión el efecto de la quetiapina sobre este aumento. Esto se debe a que algunos de los pacientes tomaban medicaciones concomitantes y a que debe descartarse el aumento de peso inherente al crecimiento normal de los adolescentes. La sedación es otro problema frecuentemente observado al administrar un antipsicótico a un paciente adolescente. En el presente estudio, cerca del 50% de los participantes refirió somnolencia leve a moderada. No obstante, ninguno abandonó el estudio por dicho motivo. La frecuencia de somnolencia podría disminuir al aplicar un régimen de titulación lenta a la hora de administrar quetiapina a los niños o a los adolescentes.

Si bien los resultados de los estudios anteriores sobre el empleo de quetiapina en la población pediátrica fueron conflictivos, el presente estudio permite indicar que la quetiapina es eficaz y tolerada adecuadamente en niños y en adolescentes. No obstante, en otras investigaciones los resultados fueron opuestos. En cuanto a otros antipsicóticos atípicos, los estudios sobre su empleo en la población pediátrica también mostraron resultados heterogéneos. De todos modos, destacan los autores que la dosificación y la titulación adecuadas resultan fundamentales para minimizar la aparición de efectos adversos al tratar a los niños y a los adolescentes.

Conclusión

La quetiapina mejora los síntomas negativos y positivos y tiene un perfil adecuado de seguridad y de tolerabilidad a largo plazo, al ser empleada para el tratamiento de los adolescentes que presentan síntomas psicóticos. En consecuencia, la quetiapina es un agente promisorio como terapia de primera línea para los adolescentes que presentan este tipo de trastornos.

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