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Mecanismos Potenciales Involucrados en el Aumento de la Densidad Mineral Osea Asociado con el Consumo Moderado de Alcohol

  • AUTOR: Jugdaohsingh R, O’ Connell MA, Sripanyakorn S y Powell JJ
  • TITULO ORIGINAL: Moderate Alcohol Consumption and Increased Bone Mineral Density: Potential Ethanol and Non-Ethanol Mechanisms
  • CITA: Proceedings of the Nutrition Society 65(3):291-310, Ago 2006

 

Introducción

Hay datos epidemiológicos relativamente recientes que sugieren que el consumo moderado de alcohol podría tener efectos beneficiosos sobre el hueso, especialmente en mujeres posmenopáusicas. No se ha llegado a una definición clara del consumo moderado de alcohol; en la presente revisión, casi todos los trabajos se refieren al consumo < 40 g per capita por día (en un estudio, < 0.7 g/kg).

Contenido y densidad mineral ósea

El contenido mineral óseo (CMO) -la cantidad de mineral en una sección definida de hueso- puede ser medido por diferentes técnicas. El método más común es la absorciometría de rayos X por energía dual (DEXA), que establece una medición del CMO en un área de 2 dimensiones (g/cm2), denominada tradicionalmente densidad mineral ósea (DMO). La DMO medida por DEXA es la herramienta estándar utilizada para el diagnóstico de la osteoporosis, dado que los estudios epidemiológicos han mostrado una fuerte correlación entre la disminución de la DMO y el aumento del riesgo de fracturas. La DMO representa el 60% a 85% de la fuerza ósea. La medición aislada de la DMO no es suficiente para establecer el pronóstico de riesgo de fractura en los individuos; no obstante, a nivel poblacional es representativa de la salud ósea a largo plazo. Por DEXA, se mide el grado de mineralización, que es el único de los componentes que describe la calidad y fuerza óseas. Por lo tanto, la DEXA es el método de referencia para el diagnóstico y la evaluación del tratamiento de enfermedades de fragilidad ósea. Sin embargo, es necesario tener en cuenta los factores que aumentan el riesgo de fractura de modo independiente de la DMO; entre ellos, edad, peso, altura, índice de masa corporal (IMC), índice de estradiol libre, fuerza de prensión, antecedente de caídas, tabaquismo, consumo de alcohol, actividad física, ingesta alimentaria, antecedente de fractura, antecedente familiar de osteoporosis y empleo de esteroides, anticonvulsivantes y sedantes.

Marcadores bioquímicos de recambio óseo

En caso de osteoporosis por déficit de estrógenos, el recambio y remodelamiento óseos presentan un marcado incremento, con predominio de la actividad de los osteoclastos sobre los osteoblastos y aumento neto de la pérdida de hueso (> 1% a 2%/año). El hueso formado puede estar menos mineralizado y con mayor predisposición a fracturas. Los bisfosfonatos reducen la actividad de los osteoclastos y la pérdida de hueso, con reducción de la velocidad de recambio óseo. La actividad de las células de remodelamiento óseo puede medirse, dado que liberan marcadores bioquímicos en la sangre y orina. Los niveles más elevados de estos marcadores óseos tienen correlación con tasas más elevadas de remodelamiento óseo.

La determinación de los niveles del péptido C-terminal y N-terminal del procolágeno tipo I es proporcional a la formación de hueso. Otros marcadores de formación ósea incluyen la fosfatasa alcalina y osteocalcina. Los marcadores de referencia para determinar la resorción ósea son el telopéptido cruzado del colágeno tipo I (CTx), el telopéptido N-terminal en sangre y piridinolina y desoxipiridinolina en orina. El empleo conjunto de marcadores de recambio óseo y de DMO aumenta el pronóstico del riesgo de fractura en comparación con el empleo por separado.

Consumo moderado de alcohol y salud ósea

Varios estudios refieren efectos beneficiosos del consumo moderado de alcohol sobre la salud ósea. En uno de ellos, se demostró aumento de la DMO en el cuello femoral en hombres y en la columna lumbar en mujeres > 45 años relacionado con el consumo moderado de alcohol. Asimismo, un trabajo realizado en 1995 confirmó que los hombres entre los 64 y 76 años consumidores de alcohol presentaron mayor DMO a nivel trocantéreo alto que los no bebedores, tras efectuarse el ajuste por edad, peso, consumo de tabaco, de cafeína y actividad física. Un estudio poblacional mostró que el consumo moderado de alcohol protege significativamente contra la disminución de la DMO a nivel lumbar en la perimenopausia. El estudio Framingham refirió que el consumo promedio ≥ 199 g alcohol/semana (29 g/d) en mujeres entre los 68 y 96 años se asoció con mayor DMO en el radio, fémur proximal y columna lumbar. Otros estudios informaron resultados similares. La mayoría de los estudios han referido un efecto positivo del consumo moderado de alcohol sobre la salud ósea en ancianos y mujeres en la perimenopausia y posmenopausia, en tanto que una reducida cantidad de trabajos no han informado efectos en estos grupos. En general, estos últimos estudios son pequeños o emplearon tendencias lineales o metodología inusual para examinar las asociaciones.

El consumo excesivo de alcohol se asocia con aumento de la morbimortalidad, lo que incluye hepatopatía, enfermedad cardiovascular, baja densidad ósea, hipertensión y cáncer de mama. También se observa aumento del riesgo de fracturas por incremento del riesgo de caídas. No hay pruebas de que el consumo moderado de alcohol se asocie con aumento del riesgo de fracturas; existen datos limitados que sugieren que hay reducción de éste. Por otra parte, Powell y colaboradores mostraron en voluntarios que el consumo moderado de alcohol parece asociarse con inhibición aguda de la resorción ósea a partir de la supresión de los niveles circulantes de CTx.

Efectos estrogénicos

Los estrógenos cumplen un papel clave en la protección ósea. En estados deficitarios, como en el caso de mujeres posmenopáusicas o de posovariectomía, se observa pérdida ósea. Los receptores de estrógenos alfa y beta están expresados en el hueso. El consumo excesivo de etanol puede aumentar la actividad de los receptores de estrógenos (RE), especialmente RE-alfa, pero este efecto no resulta claro respecto del consumo moderado de alcohol. Además, la ingestión excesiva de alcohol puede promover la aromatización de andrógenos a estrógenos.

La inhibición directa del catabolismo de estradiol constituye el mecanismo predominante asociado con el consumo moderado de alcohol. En primer lugar, el alcohol inhibe en forma aguda la tasa de catabolismo de estradiol, posiblemente por resultado del aumento de la relación NADH:NAD en el hígado. Por otro lado, los otros componentes de las bebidas alcohólicas, especialmente el vino, pueden tener propiedades estrógeno-miméticas, pero debe determinarse la relevancia in vivo. Si bien parece probable que el consumo moderado de alcohol influya en cierta medida sobre los niveles circulantes de estrógenos o de andrógenos, los datos existentes no respaldan que haya efecto sobre la salud ósea.

Compuestos fenólicos

Las bebidas alcohólicas contienen un número de compuestos fenólicos que pueden tener efectos sobre la salud ósea. El vino contiene polifenoles derivados de las uvas o de la madera o levaduras producidas durante su elaboración. La cerveza también contiene polifenoles. En general, se considera que los polifenoles tienen acción antioxidante, aunque algunos también pueden presentar propiedades estrógeno-miméticas. Si bien el polifenol más conocido del vino tinto es el resveratrol, otros compuestos fenólicos se encuentran presentes en altas concentraciones, como conjugados de flavonoles (rutina, quercetina, miricetina), antocianinas (delfinidina y cianidina), ácidos hidroxicinámicos y ácido gálico. Los vinos blanco y rosado contienen estos compuestos pero en menor proporción. La concentración de compuestos fenólicos varía aun dentro de un tipo similar de vino debido a diferencias en la variedad de las uvas, el tiempo de almacenamiento y el proceso de vinificación.

La catequina y otros flavonoles relacionados modulan el metabolismo óseo, con efectos anabólicos y antirresortivos. Por otra parte, la rutina o sus metabolitos activos, como quercetina, pueden ejercer efectos moduladores sobre las células óseas. Los resultados de studios in vitro han sugerido que tanto la rutina como la quercetina pueden tener un efecto directo sobre los huesos, en particular sobre los osteoclastos. La quercetina parece inducir apoptosis y reducir la formación y actividad de los osteoclastos. Además, los estudios in vitro apoyan el papel del resveratrol en la modulación de la actividad celular ósea y sugieren que los prenilflavonoides también ejercen efectos sobre las células óseas.

Los compuestos fenólicos pueden actuar sobre el hueso mediante diferentes mecanismos. Varios polifenoles hallados en las bebidas alcohólicas, como resveratrol, quercetina, campeferol y prenilflavonoides, se unen a RE-alfa y RE-beta; por lo tanto, pueden modular de modo directo la transcripción génica. Sin embargo, pueden actuar como agonistas o antagonistas estrogénicos, lo que depende de diversos factores. Por ejemplo, el resveratrol tiene actividad estrogénica a través de RE-beta, pero actividad tanto agonista como antagonista a través de RE-alfa en células CHO-K1. Tanto la quercetina como la rutina inhiben la activación de osteoclastos. Sin embargo, la rutina actúa por reducción de la proteína RANK, mientras que la quercetina induce la apoptosis de estas células. Se ha sugerido recientemente que muchos de los compuestos fenólicos activan enzimas antioxidantes y citoprotectoras, lo que puede asociarse con efectos antiinflamatorios óseos, con prevención de la pérdida ósea.

Consumo de compuestos fenólicos con niveles moderados de alcohol

Si bien los datos expuestos sugieren que los compuestos fenólicos del vino y la cerveza pueden afectar a las células óseas in vitro, aún no se puede establecer si el consumo moderado de alcohol aporta suficiente concentración de estos compuestos como para afectar la DMO y el metabolismo in vivo. Es difícil determinar el consumo moderado de alcohol; además, las concentraciones de compuestos fenólicos varían considerablemente entre diferentes bebidas alcohólicas. En general, se considera que la biodisponibilidad de los compuestos fenólicos es baja. No obstante, debe recordarse que los estudios realizados con dosis únicas pueden no ser representativos de la exposición dietaria, en la acumulación tisular se produce por exposición crónica gradual.

 El consumo elevado de alimentos ricos en polifenoles ha sido asociado con efectos protectores sobre la enfermedad cardiovascular y el cáncer; el consumo moderado de alcohol, con reducción del 30% del riesgo de enfermedad coronaria. No obstante, no se ha determinado si los polifenoles tienen efectos adicionales sobre el etanol. Varios investigadores han observado que el consumo elevado de frutas y verduras, fuentes ricas de compuestos polifenólicos, se asocia positivamente con la DMO.

Los compuestos polifenólicos presentes en bebidas alcohólicas parecen tener el potencial de afectar el hueso, como lo señalan los resultados de estudios in vitro. Estos efectos pueden aparecer mediante diferentes vías de señalización, algunas de las cuales pueden ser dependientes de estrógenos. Se requieren mayores estudios para aclarar aspectos como la biodisponibilidad y el metabolismo de estos compuestos, así como sus concentraciones en diferentes vinos y cervezas. En consecuencia, actualmente no resulta claro si los compuestos polifenólicos contribuyen al incremento de la DMO asociado con el consumo moderado de alcohol.

Silicio

El silicio dietario puede ser beneficioso para el crecimiento y desarrollo del hueso y tejido conectivo. La cerveza tiene un alto contenido de silicio, el cual tiene efectos anabólicos sobre las células óseas. Los estudios sugieren que el silicio de la cerveza puede explicar algunos de los efectos positivos del consumo moderado de alcohol sobre el hueso.

Conclusiones

El consumo moderado de bebidas alcohólicas se asocia con aumento de la DMO, un marcador de la salud ósea; sin embargo, no se conocen cuáles son los mecanismos involucrados. Los mecanismos potenciales comprenden la supresión aguda de la resorción ósea mediante el consumo moderado de etanol y la estimulación de la formación ósea por el silicio de la cerveza. Podría haber diferencias entre el vino, la cerveza y las bebidas de alta graduación alcohólica en lo que se refiere a su asociación con la DMO, lo que se debería a diferentes patrones de exposición alcohólica, consumo de silicio y fitoquímicos.

Especialidad: Bibliografía - Endocrinología - Ginecología - Nutrición

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