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Metilfenidato y Colisiones en Déficit de Atención e Hiperactividad

  • TITULO : Metilfenidato y Colisiones en Déficit de Atención e Hiperactividad
  • AUTOR : Cox D, Davis M, Burket R
  • TITULO ORIGINAL : Long-Acting Methylphenidate Reduces Collision Rates of Young Adult Drivers with Attention-Deficit/Hyperactivity Disorder
  • CITA : Journal of Clinical Psychopharmacology 32(2):225-230, Abr 2012
  • MICRO : En pacientes con trastorno por déficit de atención e hiperactividad el uso de estimulantes podría mejorar la seguridad de la conducción vehicular y reducir las conductas imprudentes de manejo.

Introducción

Existen múltiples pruebas sobre la asociación entre el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y el mayor riesgo de colisiones vehiculares y lesiones relacionadas, y en condiciones de laboratorio se observó que el metilfenidato mejora la seguridad de la conducción. Las tasas de accidente de los varones con TDAH no parecen ser cada menores en la adultez, a diferencia de los patrones hallados en la población general. A pesar de que en un estudio en adultos las combinaciones de sales de anfetaminas mejoraron el rendimiento en la conducción, en otro estudio de adolescentes con TDAH se halló que podría haber efecto rebote, con empeoramiento del rendimiento 15 horas luego de la administración del fármaco, en comparación con placebo. El objetivo del presente estudio fue evaluar si el sistema transdérmico de metilfenidato de larga acción es capaz de mejorar la seguridad de la conducción rutinaria en adultos jóvenes con TDAH, y se valoró específicamente esta formulación dado que se mantiene en la circulación por la noche, momento del día en que hay mayor riesgo de colisiones y muertes por esta causa en este grupo etario. Estos parches transdérmicos pueden ser usados por los pacientes durante hasta 12 horas, por lo que los niveles plasmáticos de la medicación son eficaces por unas 15 horas, y se puede interrumpir su uso fácilmente para no dificultar el sueño (efecto adverso frecuente de este tipo de compuestos).

Métodos

Se incluyeron individuos con diagnóstico de TDAH; antecedentes de respuesta a medicación estimulante; que no recibieran compuestos psicoactivos en ese momento; sin diagnóstico actual de drogadicción, trastorno bipolar, depresión, ansiedad o psicosis; que no tuvieran antecedentes de erupciones cutáneas; que contaran con licencia de conducir; que manejaran automóviles > 3 veces por semana; que hubieran tenido > 1 accidente o percance vehicular en los últimos 2 años; y que fueran los conductores primarios de automóviles únicos en los que se pudieran instalar sistemas de videograbación; en ningún caso fue necesario excluir pacientes por no cumplir los últimos 5 criterios. De 25 individuos evaluados inicialmente para ser seguidos durante un año y medio, uno abandonó el estudio por el diagnóstico de trastorno bipolar, otro por falta de acceso a su automóvil y cuatro decidieron abandonar por falta de tiempo. Durante la etapa de análisis uno de los participantes se mudó a otra ciudad y uno, que recibía la medicación, abandonó por efectos adversos (sensación de despersonalización). Diecisiete participantes completaron todos los elementos del estudio; en ellos la media de edad era de 20.82 + 2.4 años, 14 eran varones y 13, caucásicos. La media de años de conducción vehicular era de 3.8 + 1.2, y la media de millas que habían conducido en el último año era de 13 967 + 523. Quince de los individuos presentaban TDAH de tipo combinado y dos, TDAH con predominancia de falta de atención, sobre la base de los criterios de la Cuarta Edición Revisada del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. En un sujeto se constató trastorno por estrés postraumático como comorbilidad psiquiátrica, en otro, trastorno distímico y en tres, antecedentes de depresión mayor o trastorno de ansiedad generalizada (sin diagnóstico actual de estas enfermedades).

Se instalaron sistemas de monitorización por video dentro de los autos de los participantes para registrar eventos erráticos de conducción, y se realizaron las pruebas de Barkley, la de Conners y la de Cox para evaluar la gravedad del TDAH y los riesgos de conducción vehicular. Se valoraron los antecedentes personales para descartar enfermedades que pudieran ser complicadas por el uso de estimulantes. Se solicitó inicialmente a los individuos que usaran un parche por día durante una semana para descartar reacciones alérgicas, pero en ninguno se constataron reacciones que impidieran su participación. Se registró el peso corporal, la frecuencia cardíaca y la presión arterial en consultas mensuales, además de la presencia de efectos adversos. En dos oportunidades fue necesario suspender transitoriamente la medicación por aumento leve de la presión arterial, pero luego de evaluaciones cardiológicas se reinició el tratamiento. Los pacientes fueron distribuidos aleatoriamente para recibir parches de metilfenidato o bien placebo; a los primeros se les administraron dosis iniciales de 10 mg hasta 30 mg máximos, con aumento progresivo de las dosis (15 mg y 20 mg como dosis intermedias), que se ajustaron una vez por semana. El número de individuos que recibieron dosis finales de 10 mg, 15 mg, 20 mg y 30 mg (sobre la base de la reducción máxima de síntomas de TDAH sin efectos adversos considerables) fue de 1, 2, 10 y 5, en ese orden. Para el análisis estadístico se usó la prueba de t de Student y la de chi al cuadrado de Friedman.

Resultados

La adhesión al tratamiento fue de 56% (entre 4% y 91%), y las tasas de concurrencia a las consultas con el psiquiatra fueron de entre 45% y 100% (media de 74%); se detectó alta correlación entre estos dos factores (p = 0.006). No se hallaron diferencias significativas entre los grupos en los cambios con respecto a los valores basales en el peso corporal (p = 0.076), la presión arterial (p = 0.351 para la sistólica y p = 0.175 para la diastólica) o la frecuencia cardíaca (p = 0.869). Los puntajes en las escalas de síntomas de TDAH de falta de atención y manejo peligroso fueron menores en quienes recibieron metilfenidato (p = 0.014), pero no se observaron diferencias entre los grupos en cuanto a la inquietud con hiperactividad o la impulsividad emocional. Los puntajes totales de la percepción de los participantes de manejo imprudente fueron menores en quienes recibieron 3 meses de metilfenidato en comparación con placebo (p = 0.059). No se registraron colisiones vehiculares en los tratados con el fármaco, pero hubo ocho casos entre los 7 individuos que recibieron placebo (p < 0.005). Algunos de estos eventos se relacionaron con la marcha en reversa, otros con golpes contra autos detenidos en intersecciones y otros, con el uso de teléfonos móviles durante la conducción vehicular. Se consideró que en 7 casos la culpa de estas colisiones había sido de los conductores (por falta de atención), pero en ninguno de los casos la causa fue la distracción por parte de otros pasajeros (sólo en un caso había un pasajero presente). Se constató un número similar de eventos de conducción errática en el grupo de sujetos expuestos a metilfenidato y el grupo de control (1570 y 1589, respectivamente), pero se hallaron diferencias en el tipo de eventos registrados. En el grupo que no recibió el fármaco se detectó mayor tendencia a desaceleraciones súbitas (p < 0.001), mayor uso de cinturones de seguridad (p < 0.001), menor probabilidad de tabaquismo durante la conducción (p = 0.014), menor probabilidad de que condujeran por la noche (p = 0.029) y mayor probabilidad de que condujeran en malas situaciones climáticas, como lluvia, nieve o neblina (p = 0.009). En este grupo había más pasajeros presentes (p < 0.001), mayores tasas de interacciones con estos pasajeros (p < 0.001) y mayor uso de cinturones de seguridad por parte de estos últimos (p < 0.001); los pasajeros más frecuentemente reprendían la conducción poco segura antes de eventos erráticos (p = 0.002) y luego de estos (p < 0.001). No se hallaron diferencias significativas entre los grupos en cuanto a las conductas de uso de teléfonos móviles, comer o beber o ajustar los sistemas de música u otros elementos dentro del automóvil.

Discusión y conclusiones

En el presente estudio se detectó que el metilfenidato de acción prolongada es capaz de mejorar la seguridad de la conducción vehicular y reducir las tasas de colisiones en adultos jóvenes con TDAH, probablemente debido a que este fármaco reduce los síntomas del trastorno, especialmente la falta de atención. Todas las colisiones fueron observadas en el grupo de individuos que no recibían la medicación, y en casi todos los casos la causa fue la falta de atención de los conductores. Los datos indican que en quienes recibieron metilfenidato hubo menor interacción con pasajeros, menos episodios de desaceleración repentina y mejor planificación de la conducción. Sin embargo, en los tratados con este compuesto el tabaquismo durante la conducción fue mayor y hubo menor uso del cinturón de seguridad. Aquellos sin medicación fueron reprendidos por sus acompañantes con más frecuencia, probablemente por conductas de manejo poco seguro.

Los autores concluyen en que estos hallazgos implican que en pacientes con TDAH el uso de estimulantes podría mejorar la seguridad de la conducción vehicular y reducir las conductas imprudentes de manejo.

Especialidad: Bibliografía - Farmacología - Neurología - Pediatría

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